Mensajes de Jesús Buen Pastor a Enoc, Colombia
domingo, 26 de abril de 2015
Llamada de María Santificadora a los Hijos de Dios.
¡Mi Estandarte Mariano es una Armadura Poderosa para Estos Tiempos Finales!

Hijitos, que la paz de Dios permanezca en vosotros y mi protección maternal os acompañe siempre.
Hijitos, levantad en vuestros hogares el Estandarte de Nuestros Dos Corazones y llevadlo junto con mi rosario en vuestro cuello, porque será el emblema de la victoria sobre las fuerzas del mal. Tened preparado mi estandarte mariano, hijitos míos, porque es el estandarte de la victoria para estos tiempos finales; todos los hogares donde se honre mi estandarte estarán protegidos y ningún poder maligno podrá hacerles daño. Mi estandarte mariano es una poderosa armadura para estos tiempos finales.
Queridos hijitos, que el estandarte mariano sea la enseña del pueblo de Dios; izadlo cada vez que entréis en oración, porque es un escudo contra las fuerzas del mal. Todos los hogares y todos los que lo lleven con mi rosario serán protegidos por los Ejércitos Celestiales, y en la hora de vuestra muerte os ayudaré y no permitiré que os perdáis. Hacedlo bendecir por uno de mis sacerdotes para que estéis protegidos día y noche, y para que mi adversario no pueda tocaros, ni haceros daño alguno; mi estandarte mariano os protegerá en todo instante, especialmente en las horas de descanso nocturno. También puedes colocar mi estandarte mariano junto con el signo «Bienvenido» [nota del traductor: el signo «Ictus», con el que Enoc probablemente se refiere al antiguo emblema cristiano del pez, con las letras , «Icthus», escritas dentro del cuerpo del pez, que tanto deletrea «pez» en griego antiguo, como es un acrónimo y código de «Jesucristo (es) Hijo de Dios (y) Salvador] en la puerta de entrada de vuestras casas; os proporcionará protección y será una señal para el Ángel de la Justicia Divina cuando pase por vuestra ciudad, para que no entre en vuestra casa y su espada de justicia no os haga daño a vosotros ni a vuestras familias.
Preparaos, pues, mi Ejército Militante, enarbolad en alto mi estandarte mariano en todas vuestras batallas espirituales y yo os daré la victoria cada día. No temáis, hijos míos, esta Madre no os abandonará; prestad atención a mis instrucciones que os envío a través de los instrumentos de estos tiempos finales; no rechacéis los mensajes porque son la voz del cielo que os guía en estos tiempos de oscuridad y de combate espiritual.
Yo, vuestra Madre, María la Santificadora, os amo.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.
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