lunes, 20 de abril de 2015

Llamada Urgente de Dios Padre a la Humanidad.

¡La Tecnología de la Muerte Creada por el Hombre Se Volverá Contra Él y No Podrá Controlarla!

Pueblo mío, te doy mi paz y mi bendición.

La energía nuclear será un azote para la humanidad, muy pronto la tierra empezará a tambalearse y todas las centrales nucleares creadas por el hombre se desestabilizarán y liberarán radiaciones que los hombres de ciencia de este mundo no podrán controlar. El desencadenamiento de fugas incontenibles de radiación contaminará la atmósfera del planeta, trayendo terribles consecuencias para la humanidad. La tecnología de la muerte creada por el hombre se volverá contra él y no podrá controlarla.

La muerte llegará a muchos lugares de la tierra, el aire del planeta se contaminará y la ciencia del hombre no podrá hacer nada. Mi creación se rebelará contra el hombre por todos los maltratos y abusos que ha recibido; la radiación desolará regiones enteras y mis criaturas sufrirán mutaciones, las aves morirán junto con las criaturas marinas y el suelo de la tierra sólo dará malos frutos.

Se avecina una gran hambruna como en los viejos tiempos de Egipto, surgirán pestes y enfermedades incurables que diezmarán a gran parte de la humanidad. Será la tecnología de la muerte la que se encargue de castigar a la misma humanidad que la ideó.

Pueblo mío, el orgullo de vivir y el ansia de poder en el corazón de los reyes de este mundo desencadenarán la guerra y, con ella, la muerte y la desolación. Os digo que si Yo no interviniera, el hombre de estos tiempos finales destruiría mi creación: ¡Ay de ti, Jerusalén, porque tus hijos e hijas irán al exilio, y muchos morirán en el paso por el desierto! Ahora se han abierto los sellos y todo lo que está escrito está a punto de cumplirse, tal como fue anunciado por Daniel (Dan 12: 9, 10). El juicio de las naciones está a punto de comenzar, los jinetes de mi justicia cabalgan ya por la tierra de Este a Oeste, de Norte a Sur. ¿Quién podrá soportar los días de mi justicia? Los hombres de rectitud y corazón sincero, ésos serán los únicos que se salvarán.

Mujeres de Jerusalén, entonad cánticos de duelo y vestiros de cilicio, porque la guerra está cerca y vuestros hombres tal vez no regresen. ¡Ay, ay, ay, éstas son las aflicciones de la hija de Sión, que se lamenta y gime sin consuelo al verse violada y mancillada! En los días de la gran prueba, los hombres serán más escasos que el oro de Ofir.

Pueblo mío, despertad de vuestro letargo, porque los reyes de este mundo se reúnen para la guerra; ahora están preparados sus corceles, ahora vuela su acero aviar; todo está preparado y planeado para sumir a mi creación en el luto y diezmar a la población humana. La paz entre los hombres está a punto de terminar. Rezad, ayunad, haced penitencia, pueblo mío, para que mi justa ira no extermine a esta humanidad ingrata y pecadora, y para que queden supervivientes de esta purificación que serán mi pueblo elegido el día de mañana. Preparaos, pues, pueblo mío, porque ahora se oye el grito de guerra; convocad a mis héroes y entonad cánticos de victoria, porque se acercan los días de vuestra libertad.

Vuestro Padre, Yahvé, Señor de las Naciones.

Da a conocer mis mensajes a toda la humanidad.