miércoles, 6 de mayo de 2015

Llamada de María, la Rosa Mística, a los Hijos de Dios.

Hijitos, Colombia será Tierra de Bendición y Refugio Mariano en los Tiempos de la Gran Tribulación

Hijitos, que mi bendición maternal os acompañe siempre.

Como el ave Fénix, Colombia resurgirá de sus cenizas y recibirá la bendición de mi Padre, para que pueda cumplir la misión que se le ha encomendado de ser luz para la humanidad. Hijitos, Colombia será tierra de bendición y de refugio mariano en los tiempos de la gran tribulación. De esta tierra colombiana brotarán torrentes de Agua Viva que calmarán la sed espiritual de muchas naciones; manantiales de vida irrigarán la árida sequedad de un mundo que después de la purificación estará sediento de Dios.

Colombia, tú eres la tierra de esperanza en la que Dios ha puesto sus ojos. Os digo hijitos míos, que muy pronto mi Padre arrancará de esta tierra la mala cizaña, para que no vuelva a brotar sangre de vuestras entrañas; ya los Ángeles están preparados para comenzar la siega y toda la cizaña y mala hierba de esta amada nación colombiana será cortada, secada y arrojada al fuego, para que sólo quede la buena cosecha.

De Colombia saldrá un gran número de hombres y mujeres espirituales que recorrerán el mundo entero con el mensaje de salvación del Padre; el mensaje de vida que devolverá la fe y la esperanza a una humanidad sedienta de la Palabra de Dios, que caminará hacia la Jerusalén prometida. Se acercan los días de vuestra prueba, amada Colombia, y ya sabéis que no habrá vuelta atrás, pues está escrito que seréis Luz para las Naciones. Después de la purificación, brillarás como un crisol y volverás a ser desposada con el Sagrado Corazón de mi Amado Hijo.

Oh, amada Colombia, serás como una estrella en el firmamento y las naciones te llamarán «La Nueva Jerusalén». ¡Oh tierra de abundancia donde manará leche y miel, lugar en la tierra donde todos querrán estar! Te digo, querida tierra colombiana, que éste es un don que mi Padre te ha reservado para después de tu purificación. Tierra de esperanza, ¡el Cielo cuenta contigo! No defraudéis el amor que mi Padre os tiene; aceptad, hijos de Colombia, con humildad, amor y fe, la prueba que mi Padre os enviará, porque es para vuestro bien y para el bien de toda la humanidad.

Que la paz de Dios esté con vosotros y mi protección maternal os ayude.

Tu Madre, María la Rosa Mística, te ama.

Da a conocer mis mensajes a toda la humanidad.