viernes, 16 de enero de 2015

...¡Hermosas Palabras De Paz Y Comunión!

- Mensaje nº 815 -

Hija mía. Mi querida hija. Di hoy lo siguiente a los hijos de la tierra: Debéis encontrar el camino hacia Jesús, mis queridos hijos, pues de lo contrario pereceréis en el fango de las mentiras que se os presentan y que os hacen creer que todo está bien como está, y que los que vienen son los que quieren el bien para vosotros.

Hijos míos. Os dejáis arrullar por las mentiras, oís bellas palabras de paz y comunidad, pero no veis cómo se os manipula y no miráis entre bastidores. Sólo veis fragmentos de un todo que no podéis o no queréis comprender. Si confiarais en Mi Hijo, si escucharais la palabra de Nuestros mensajes, entonces os habríais dado cuenta hace mucho tiempo de que son precisamente estas personas las que pronuncian palabras dulces y quieren adormeceros en la «armonía», que son estas personas las que instigan vuestras guerras para luego presentarse como portadoras de paz, y las que os traen tanto desastre a vosotros y a vuestro mundo, porque rinden homenaje al demonio y están movidas por el mal hasta la médula.

Hijos míos. Abrid los ojos, los oídos y el corazón, porque lo que os presentan es mentira y engaño. Su camuflaje es bueno, pues el diablo lleva mucho tiempo trabajando para poner en práctica sus planes. Es astuto y maestro de todos los trucos y engaños, pero, mis amados hijos, si tan sólo confiarais en Jesús, ¡reconoceríais la mentira!

Hijos míos. Jesús es vuestro camino. Así que acudid a Él antes de que sea demasiado tarde y rezad , hijos míos, para que los peores planes no se hagan realidad. ¡Vuestra oración es fuerte! ¡Vuestra oración tiene poder! A través de la oración creáis esperanza y os acercáis mucho a Mi Hijo.

Rezad, hijos Míos, porque en la oración está el poder que necesitáis para atravesar este final de los tiempos . Amén.

Os amo.

Vuestra Madre del Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la salvación. Amén.

«Escucha Mi llamada en estos mensajes, pues son para tu salvación».

"La oración es tu arma en esta batalla contra el mal. Utilízala. Amén».