Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
domingo, 26 de abril de 2015
Mensaje de Nuestra Señora - 400ª Clase de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora
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Jacareí, 26 de Abril de 2015
400ª Clase de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora
Mensaje de Nuestra Señora
(María Santísima):
«Mis queridos hijos, hoy me siento feliz de estar de nuevo aquí con vosotros, conduciéndoos cada vez más a la oración viva, hecha con el corazón, que agrada a Dios».
Este tiempo que Dios os ha concedido, el tiempo de Mis apariciones aquí, es un tiempo extraordinario de gracia.
Os lo he dicho muchas veces, pero no sois capaces de comprender cuántas gracias se os conceden.
Porque rezáis poco y porque rezáis poco no tenéis los ojos del alma, del espíritu, bien abiertos para poder ver cuántas gracias os son dadas.
Y están a tu disposición esperando a que abras tu corazón, a que reces, a que las pidas en la oración.
Este tiempo es un tiempo de gracias ilimitadas y cada uno podrá cosechar de la fuente de las gracias del Señor tanto como quiera.
El recipiente para cosechar las gracias es la oración y la fe.
Ten, pues, una gran fe y también una gran oración.
Es decir, una oración generosa hecha con el corazón y con abundancia, para que también las gracias de Dios sean abundantes para ti.
Toma, pues, la santa costumbre de rezar las Cinco Avemarías, o las Mil Avemarías, para que puedas recibir muchas, muchas gracias. Rezad también muchos Rosarios que os he dado aquí. Habláis mucho y rezáis poco, por lo que hay pocas gracias en vuestras vidas.
Hablad menos, callad, rezad más, y las gracias aumentarán en vuestra vida cotidiana.
En estos tiempos en los que estoy aquí con vosotros, Dios no niega nada de lo que se os pide en Mi Nombre.
Así que pedid gracias en Mi Nombre por Mis méritos, por Mi amor, por los méritos de Mis Lágrimas, de Mis Dolores, y veréis cuántas gracias os dará Mi hijo Jesús.
Necesitáis apresurar vuestra conversión, porque el Padre Eterno os ha dado tiempo para pensar en los Mensajes que ha dado últimamente Aquí.
Pero, muchos siguen durmiendo en el sueño de su vida sin Dios, de su vida sin oración, de su vida con los continuos y mismos pecados.
Hijos Míos, rezad más, para tener la fuerza interior de renunciar al pecado, de renunciar al mal, y poder dar una respuesta positiva a Dios Padre, cuando Él vuelva Aquí la próxima vez.
Porque os digo, hijos Míos, que en Él hay Misericordia y Justicia, y un día os pedirá cuentas por lo que habéis hecho con Sus Mensajes y Sus Palabras.
Porque no las habéis tomado en serio, no las habéis tomado en serio, no habéis tomado en serio Sus Palabras.
Así que rezad más, pidiendo al Espíritu Santo a través de Mí la fuerza interior para que seáis santos.
Pedid a los Santos que ya han alcanzado la corona de la vida eterna que os obtengan las gracias que os faltan para ser santos como Ellos.
Debéis saber, hijos Míos, que los Santos son los grandes amigos, hermanos y colaboradores que Dios os ha dado para ayudaros a subir cada vez más alto la escalera de la santidad hacia el Cielo.
Cada Santo abre un camino, una puerta de salvación para aquellos que los buscan y son verdaderos devotos.
Sed, pues, amigos de los Santos, porque os han abierto el camino de gracias que conduce al Cielo.
Y con Ellos, hijos míos, vuestra vida estará tan llena de gracias que no os faltará nada, nada en absoluto.
Rezad, rezad mucho, porque sin la oración con el corazón no podéis comprender lo que os digo. No podéis comprender lo que hago aquí con Mis apariciones, ni el plan de amor que tengo para cada uno de vosotros.
Sin la oración no podéis comprender ni Mis sentimientos, ni Mis preocupaciones maternales, ni podéis comprender tampoco lo que quiero deciros cuando os digo:
Convertíos, soy vuestra Madre y no quiero que sufráis en el futuro.
Así pues, hijos Míos, ¡convertíos!
El pasado ya no existe, el futuro está por venir, es incierto, tenéis el presente.
Hoy, en el presente, decidíos por Dios, decidíos por la santidad, decidíos por el Cielo, decidíos por Mí.
Y el Cielo también se decidirá por ti, dándote muchas gracias nuevas que transformarán completamente tu vida.
Yo soy vuestra Madre, os quiero mucho, cada uno de vosotros es precioso para Mi corazón y no permitiré que Satanás os robe de Mí, que os aleje de Mí.
Ayudadme a vencerle, vosotros también, renunciando a él y decidiéndoos por Dios, por Mí y por el Rosario.
Para que todos los que se decidan por el Rosario venzan a Satanás con facilidad.
A todos bendigo de nuevo con Amor, desde Lourdes, desde Montichiari, desde Baependi y desde Jacareí.
Paz a Mis amados hijos.
Paz a Marcos, el más trabajador y dedicado de Mis siervos».
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