Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
domingo, 5 de abril de 2015
Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora - Domingo de Pascua - Resurrección de Jesús - 394ª Clase de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora

Mira Y Comparte El Vídeo De Éste Y Otros Cenáculos Anteriores Accediendo A:
Jacareí, 05 de Abril de 2015
Domingo de Pascua - Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo
394ª Clase De La Escuela De Santidad Y Amor De Nuestra Señora
Mensaje De Nuestro Señor Jesucristo Y Nuestra Señora
(Nuestro Señor): «Mis amados hijos, Yo, vuestro Dios, Jesús el Cordero Inmolado, el Cordero Pascual, el Hijo de la Virgen María, el Hijo del Padre Eterno, estoy feliz de venir a vuestro encuentro para bendeciros con la abundancia de las gracias de Mi Resurrección y de Mi copiosa Redención.
¡Soy vuestro Rey Victorioso! Al amanecer de este mismo día, salí de la tumba victorioso sobre Satanás, sobre el mundo y sobre el pecado. La maldición del pecado de tus primeros padres, Adán y Eva, fue finalmente destruida por el poder de Mi Sangre, de Mi Pasión.
Sois libres y, a partir de ese momento, Satanás ya no tuvo la última palabra sobre la humanidad. El pecado ya no era la ley indestructible que deshonraba y separaba para siempre a todos los hombres de Dios. Con el poder infinito de Mi Sangre Divina, os liberé a todos de la esclavitud del pecado y de Satanás, y os di la posibilidad de habitar un día las moradas del Cielo que Mi Padre y Yo os hemos preparado.
¡Soy vuestro Rey victorioso! El Rey que hoy mismo ha destruido el imperio infernal haciéndolo pedazos. Los demonios ya no tienen poder sobre las almas redimidas y salvadas por Mi Preciosísima Sangre, y por eso todo el que Me invoque se salvará.
El que crea en Mí no perecerá, y el que sea verdaderamente fiel a Mi Ley y goce de los frutos de Mi copiosa Redención, tendrá en su vida toda la afluencia de Mis gracias, todos los tesoros de Mi gran Misericordia, y no caminará en las tinieblas, sino en la luz. Porque el que cree en Mí vivirá en Mí, y Yo en él, y vivirá en Mí que soy la Luz. Y por tanto, sus ojos siempre tendrán luz, y su alma siempre tendrá luz, e irradiará Mi luz al mundo entero.
¡Yo Soy tu Rey victorioso! Que hoy, en este mismo día ha abierto para vosotros una fuente inagotable de gracia. Mi muerte en la Cruz y Mi Resurrección han abierto para vosotros una fuente que nunca se acabará. Feliz el alma que se aprovecha de esta fuente de gracias, que bebe de estas gracias, que vive continuamente a orillas de estas aguas de gracias como aquel río de vida que está en la Sagrada Escritura que daba vida por donde pasaba.
Sí, el alma que vive siempre a orillas de este río de gracias Mío no sufrirá sed, ni siquiera perecerá. Pues aunque tu alma sea como un desierto, helada, fría, seca, sin amor y llena de pecado, si bebes de las aguas de Mi gracia, volverás a la vida.
¡Yo soy el río de la vida, Yo soy la fuente de la vida, Yo soy el agua de la vida eterna! El que cree en Mí, el que sigue Mis pasos, el que guarda Mis mandamientos, vivirá en Mí, y Yo en él. Y cuando Yo viva en él, el Padre, Mi Espíritu Santo y Mi Madre vivirán también en él, pues donde está uno de nosotros, están también todos los demás.
Bienaventuradas las almas que abran las puertas de sus corazones y Nos reciban en ellos, porque entraremos en ellos, cenaremos con ellos y estaremos con ellos para siempre. Venid a Mí, hijos Míos, que llevo aquí tantos años llamándoos a Mi amor, llamándoos a la verdadera vida, llamándoos a la salvación que generosamente ofrezco a todos, y que gané para vosotros en la Cruz.
No tengáis miedo de Mí, aunque vuestros pecados sean más intensos que la grana, si veo en vuestros corazones un deseo sincero de amarme y de cambiar de vida, os perdonaré, os abrazaré, os daré un nuevo vestido de gracia. Os pondré el anillo de Mi amistad en vuestros dedos, os pondré los zapatos de Mi paz, y verdaderamente os haré felices, os haré vivir y compartir todos los tesoros que he ganado para vosotros, con los méritos de Mi Vida, pasión, muerte, y también de Mi cruz.
Mi Sagrado Corazón busca amor en ti, sólo amor en esta Pascua. Mi corazón está sediento de amor. Porque incluso después de dos mil años de Mi Pasión y Resurrección, cuántas son las almas que hasta hoy son sepulcros que Me guardan muerto en sus corazones. Almas en las que no puedo irradiar Mi luz, no puedo manifestar Mi gloria, no puedo realizar ninguna de las santas operaciones de Mi gracia. Porque estas almas están muertas, y muertas quieren permanecer.
¡Oh, hijos Míos! Cuántas almas son sepulcros fríos y helados a los que no puedo acercarme porque exhalan el hedor del pecado y de la rebelión contra Mí y contra Mis mandamientos.
Rezad por la resurrección de estas almas, y si os encontráis entre el número de estas almas desgraciadas, abrid ahora vuestros corazones a los rayos del Sol de Mi amor. Y Yo transformaré inmediatamente la tumba oscura de vuestras almas en un día luminoso de amor, santidad, virtud, gracia y paz.
Vosotros que estáis aquí sois Mis hijos más amados y queridos, aquellos sobre los que reposa Mi predilección. No perdáis este gran don que os he dado, despreciando Mi amor, Mis caminos, Mis Leyes, Mis Mensajes, y prefiriendo el pecado. Porque si lo hacéis así, hijos Míos, si persistís en el mal, me veré obligado a dejaros ir al fuego eterno para que sufráis en compañía de los demonios, que os torturarán allí por los siglos de los siglos.
¡Os doy todas las oportunidades de salvación! ¡Te doy todas las oportunidades ahora! ¡Te doy todas las gracias! Abrázalas, y no dejes pasar la hora de la gracia sin abrazar la gracia.
¡Sé fiel a Mí, sé fiel a Mi Madre! Sed santos y fieles en las cosas pequeñas. Porque quien no es fiel en las cosas pequeñas, tampoco lo será en las grandes.
Sé fiel en tu forma de hablar, en tu forma de actuar, en tus negocios, en tu trabajo, en tus estudios, porque quien no es fiel en las cosas pequeñas, no será fiel en las cosas espirituales que son mayores.
¡Sé honesto, sincero, puro y justo en todo!
Huye del pecado como se huye de una serpiente, pues de lo contrario te morderá y morirás. No seas como Adán y Eva, que en el Paraíso se acercaron a la serpiente y bebieron su veneno mortal que los deshonró.
Aléjate del mal y vencerás al mal. Huye del mal y el mal también huirá de ti.
Buscad más y más la oración, especialmente el Rosario de Mi Santísima Madre, que es la mayor arma de salvación que he dejado en el mundo.
El alma que rece el Rosario que contiene los misterios de Mi vida, de la vida de Mi Madre, y contiene también las virtudes de Nuestros méritos, esa alma no perecerá, no morirá una muerte mala y eterna, y Yo la conduciré a las moradas que Mi Padre y Yo os hemos preparado en el Cielo.
¡Convertíos, hijos Míos! Porque se acerca la hora en que, en un momento, rasgaré el cielo de azul, y entonces apareceré con millones de Ángeles, que enrojecerán el Cielo y la Tierra con sus espadas llameantes.
Daré la orden de que todos Mis enemigos, los enemigos de Mi Madre y de Mi Santa Doctrina Católica, sean exterminados de un solo golpe, sin miedo a nada ni a nadie. En menos de dos minutos reduciré vuestras ciudades a un montón de ruinas, haciendo temblar la tierra bajo vuestros pies, con una fuerza superior a la de cien terremotos juntos. Y entonces veréis, hijos Míos, cómo las obras de vuestro orgullo, de vuestra soberbia, de vuestra vanidad, desaparecerán de un plumazo.
Y todos reconoceréis que sin Mí no sois nada, y que todo el tiempo la fuerza de vuestro brazo vino de Mí. Pero no quisisteis darme gloria, no quisisteis honrarme, no quisisteis vivir para Mí, agradecerme tantos beneficios y gracias que os di. Por eso, de un momento a otro, os lo quitaré todo, e incluso os quitaré la vida, para enseñaros que sin Mí sois polvo, y al polvo volveréis.
Sólo a Mis verdaderos hijos, a los hijos más amorosos hacia Mí, hacia Mi Madre, a los que Me han amado, a los que Me han honrado, a los que Me han preferido a todas las demás cosas, sólo a éstos les daré el corazón de la vida eterna, les daré el corazón de la gloria suprema, de la alegría suprema.
Sed del número de éstos, hijos Míos, y prestad atención a lo que os dice Mi Madre, porque pronto veréis una luz muy grande en el Cielo, y en esta luz veré la verdad, y entonces tendréis que decidir, decidir vuestro destino, decidiros por la luz o por las tinieblas, por la verdad o por la mentira, por el bien o por el mal. Lo que elijas te será dado.
Así pues, hijos Míos, ahora que es tiempo de Misericordia, prestad atención a Mi petición, venid a Mi Corazón, venid a Mí a través del Corazón de Mi Madre, que es la puerta del Cielo, que es el camino del Cielo que os trae a Mí. Mientras esta puerta esté abierta, te doy Mis gracias, recíbelas porque deseo tanto salvarte.
Y sigue viniendo aquí para que Yo pueda continuar tu conversión. Seguid rezando el Rosario de la Misericordia y todos los demás que os he pedido que recéis, porque a través de ellos, derramaré sobre vosotros cada vez más las copiosas gracias de Mi Redención, de Mi Resurrección y de Mi Amor.
Ahora os bendigo a todos con amor, desde Nazaret, desde Jerusalén, desde El Escorial y desde Jacareí».
(María Santísima): «¡Soy la Madre triunfante de la Resurrección! Soy la Madre que hoy ha triunfado sobre todo el infierno, el pecado y el mundo junto con Mi hijo Jesucristo.
Al amanecer de este Domingo de Pascua, Mi hijo Jesús se Me apareció en Mi aposento, más brillante que el sol. Él secó Mis lágrimas, consoló Mi Corazón, me unió a Su gloriosa divinidad y humanidad. Y juntos, trascendentalmente unidos, nos fundimos en una sola llama de ardiente amor.
Participad hoy, hijitos Míos, en Mi gran alegría por la resurrección de Mi Hijo y Su victoria sobre todo el Imperio helenístico, sobre el pecado y sobre el mundo.
La antigua maldición del pecado ya no tiene la última palabra sobre vosotros. La antigua maldición del pecado original ya no puede separarte eternamente de Dios.
La antigua maldición del pecado original ya no puede cerrarte las puertas del Paraíso, que hoy, en la Pasión, Muerte y Resurrección de Mi Hijo, se te han abierto para siempre.
Participa de Mi alegría porque hoy Yo, la Madre triunfante de la Redención, te lo digo: Pronto Jesús triunfará definitivamente sobre el demonio, sobre el pecado y sobre el último enemigo a vencer, la muerte. Porque Jesús, que en este día resucitó en la gloria, destruyendo la maldición del pecado original, destruyendo el imperio infernal sobre los hombres, es para vosotros la señal segura de que pronto triunfará Su Sagrado Corazón y os traerá los nuevos Cielos y la nueva Tierra, liberados definitivamente de toda la acción de Satanás, de todas las tinieblas del pecado, de toda la guerra, de toda la violencia, impureza y maldad.
Jesús triunfará pronto, y le veréis en las nubes del Cielo con los Ángeles gloriosos trayéndoos un nuevo tiempo de Paz, que Él y Yo preparamos con cariño para vosotros cada día.
Jesús triunfará, y toda lágrima de tus ojos se secará, cesará tu llanto. Y entonces, cantaréis himnos de alegría y de amor por los siglos de los siglos, porque las cosas viejas habrán pasado. El tiempo de sufrimiento y el valle de lágrimas ya no existirán. Y entonces, el nuevo día de gloria y de Triunfo de Dios sonará para vosotros.
Jesús triunfará, y las naciones conocerán por fin a su verdadero Dios, a su verdadero Rey, que las salvó derramando Su Sangre en la Cruz. Y entonces, toda lengua, todo corazón, toda alma confesará que sólo Jesucristo es el Señor del mundo y de la historia. Y finalmente, vuestros corazones conocerán una santidad, conocerán una bienaventuranza que ningún ser humano ha conocido jamás desde la caída de Nuestros primeros padres.
Y entonces comprenderéis lo que tanto os digo: ¡que Mi Corazón Inmaculado triunfará! Jesús y Yo seremos todo en todos y para todos. Y vosotros, hijitos Míos, seréis los príncipes del Paraíso, los príncipes del Cielo, y heredaréis esas hermosas moradas que el Padre del Cielo os ha preparado. Tened cuidado de no perderlas por vuestros pecados. Vivid en la gracia de Dios, vivid en el amor de Dios, huid del mal, renunciad al mal, y venceréis al mal.
Domina tu carne mediante la oración, mediante la meditación, mediante los pequeños sacrificios que te he pedido. Para que de este modo, viviendo una verdadera vida ascética, sobrenatural, puedas día tras día ser cada vez más inmaculada y digna de las moradas celestiales y de la corona de gloria que te preparo.
Sólo lo sobrenatural, lo místico, puede salvar a esta humanidad escéptica, completamente alejada del Señor, dominada por espíritus malignos y esclavizada bajo un yugo tan pesado y satánico de apostasía, de doctrinas contrarias a la verdadera fe, de violencia, impureza y pecado.
Sólo cuando todos viváis una vida mística, más angélica que terrenal, el mundo encontrará la paz, por eso aparezco tanto, por eso me manifiesto en tantos lugares. Para que a través de lo sobrenatural, de Mis Apariciones, y de la forma mística que os enseño en Mis Mensajes, podamos juntos destruir las obras malignas de Satanás que han llevado al hombre a una profunda falta de fe, y a una rebelión tan profunda contra Dios, cayendo en el abismo de los pecados y vicios más bajos y oscuros.
¡Venid, hijitos Míos! Uníos a Mí en la oración, haced en todas partes los grupos de oración a los que os he pedido que os unáis, pues sólo así podremos salvar al mundo y reconducirlo al camino de la salvación.
Continuad rezando Mi Santísimo Rosario y todas las oraciones que os he dado aquí, pues a través de ellas, cada día, os purificaré, embelleceré, elevaré y santificaré más.
¡Venid! Elevad vuestros ojos hacia Mí, vuestra Madre vestida de Sol, que brilla para vosotros cada día como signo de victoria y de esperanza.
Y alegraos Conmigo, porque el regreso de Jesús está cerca, y con Él se acerca vuestra victoria definitiva.
Os bendigo a todos desde La Codosera, desde Ezquioga y desde Jacareí.
¡Paz mis queridos y amados hijos! Os doy gracias por estos días que habéis pasado aquí consolando a mi Corazón y al Corazón de Jesús, y dándonos vuestro afecto y vuestro amor. Sobre vosotros cae ahora una copiosa lluvia de bendiciones. Y sobre todo, sobre ti Marcos, el más trabajador y dedicado de Mis hijos».
Participa en las Apariciones y oraciones en el Santuario.
Infórmate en el Tel: (0Xx12) 9 9701-2427
Retransmisión en directo de las Representaciones.
Sábados a las 15:30 - Domingos a las 10:00
Orígenes:
El texto de este sitio web se ha traducido automáticamente. Por favor, disculpa cualquier error y consulta la traducción al inglés.