domingo, 30 de enero de 2011

Mensaje de San Roberto

MARCOSS: "-Sí, lo haré."

MENSAJE DE SAN ROBERTO

"Queridos hermanos Míos! YO, ROBERTO, servidor del Señor, los bendigo nuevamente hoy, les doy Paz en nombre de la Santísima Virgen.

Estoy aquí con la Santísima Virgen todos los días, así que les digo de nuevo, los bendigo, porque siempre los he bendecido con los Santos y Ángeles del Cielo aquí en este Lugar cada vez que vienen aquí a orar y a aprender las divinas lecciones de Santidad que el Cielo les da aquí.

Sean cada vez más fieles al llamado del Señor, quien los ha llenado aquí con Su inmensa Misericordia, para que puedan ser los canales de Su Gracia a este mundo tan necesitado de ella y tan hundido en el barro del pecado.

Sean los canales de la gracia divina, viviendo cada vez más en Dios, en perfecta comunión con Él: de oración, de unión, de conformar su voluntad a la Suya, de renunciar a ustedes mismos, de desapegarse de su voluntad y de lo que quieren, para que su vida sea verdaderamente una vida abierta, dócil y obediente a un plan divino y en ella Dios pueda verdaderamente realizar Su 'Plan de Amor'. Para que a través de su vida el agua de la gracia divina salvadora y santificadora llegue a todas las almas, y así el Plan de Salvación del Señor pueda ser ejecutado perfectamente.

Sean los canales de la gracia divina, siempre buscando lo que agrada más al Señor, no lo que es más fácil y conveniente para ustedes, sino lo que es mejor para el Señor, incluso si requiere de ustedes sacrificio, un poco de sufrimiento y renuncia. Sean como Nosotros los Santos éramos: granos de trigo bien recortados, bien aplastados, para que Dios pueda extraer de ustedes una buena harina con la que hacer el delicioso y buen pan de salvación, de conversión, de rescate de tantas almas y vidas que aún están bajo el juicio del pecado. Para que también para ellos amanezca pronto el feliz día de la libertad, de su encuentro con Dios, de su unión con Dios, para que también sean llevados al Cielo, a la salvación en unión con ustedes, para que todos puedan ser participantes de la felicidad y gloria eternas que el Señor ha preparado y prepara para todos en el Cielo.

Sean los canales de la gracia divina, haciendo cada vez más de su vida una ofrenda continua, es decir, diciendo SÍ a todo lo que Dios les pide aquí en estas Apariciones, negándose siempre más y más a ustedes mismos y nunca buscando afirmarse ante el mundo como algo. Para que de esta manera, cada vez más muertos y crucificados por ustedes mismos y por el mundo, puedan levantarse y vivir una 'verdadera vida en Dios' escondidos en Dios y según Su Santísima Voluntad.

De esta manera enseñarán a otras almas no con palabras sino con ejemplo, con hechos, el camino perfecto para morir a ustedes mismos y al mundo y vivir totalmente para Dios y amarlo perfectamente como Él quiere ser amado por ustedes.

Sean los canales de la gracia divina, siendo generosos en responder SÍ al Señor, también esforzándose por la salvación de las almas y sobre todo, buscando la santidad para ustedes mismos y para todos nuestros hermanos y hermanas que necesitan tanto la ayuda de la gracia santificadora, de la gracia divina. Para que también en sus vidas toda la oscuridad de Satanás y del pecado sea finalmente desterrada y superada y la luz de la salvación, la gracia y el amor divino también brille en ellos.

¡Estoy más cerca de ustedes todos los días! ¡Rezo con ustedes! ¡Trabajo con ustedes! Sus sufrimientos también son Míos y siempre estaré cerca de ustedes, siempre que Me llamen, siempre que oren a Mí.

Den gloria a Dios porque Él ha permitido a la Madre de Dios, porque Él ha permitido a Nosotros los Santos y Ángeles, porque Él Mismo se ha quedado aquí en este Sagrado Lugar con ustedes durante tantos años. Esto, que es la prueba más grande y última del Amor de Dios por ustedes y por toda la humanidad, estas Apariciones, que son el último llamado del Señor al mundo a la conversión, deben ser aprovechadas por ustedes, también deben ser agradecidas por ustedes con todo su corazón, con toda su alma, con todo su ser. Porque el Señor ha derramado más sobre ustedes, el Señor ha beneficiado más que muchas otras naciones y generaciones juntas. Sus ojos han visto lo que tantos querían ver y no han visto, han oído lo que tantos deseaban oír y no han oído, para presenciar, para saborear y sentir lo que tantos corazones querían y no pudieron. Por lo tanto a ustedes, a quienes el Señor les ha dado tanto y de quienes cobrará mucho más y esperará mucho más, de ustedes el Señor desea recibir un amor mucho mayor, mucho más refinado, mejorado, mucho más purificado y libre de amor propio y de mezclarse con amores terrenales. Por lo tanto, purifiquen su amor en su corazón, mortificándose cada vez más, orando cada vez más con su corazón, es decir, conformando su voluntad a la voluntad del Señor y siempre más, aumentando su hambre, su sed, su santo deseo por el Señor, por Su Palabra, por la Madre de Dios y por Su Palabra Maternal y Santísima. Para que de esta manera su corazón pueda siempre ser una llama eterna de amor que nunca se apague, que nunca disminuya, que nunca se enfríe o se enfríe.

A todos, en este momento, los bendigo generosamente. Y también a ustedes, queridos Marcos Míos, querido amigo Mío".

MARCOSS: "- ¡Hasta pronto!"