Solemnidad de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios

Nuestra Señora viene sentada en un Trono. Está vestida de blanco con adornos de oro en Su Manto. Ella dice: «Alabado sea Jesús».

"Hoy Me honráis con el título de "Madre de Dios". Soy la Madre de Dios, pero también la Madre de toda la Humanidad. Soy la Madre de todos los que Me estiman y Me rezan. Soy también la Madre de todos los que Me han abandonado. Soy la Madre de los que viven en el error, de los que están lejos de su salvación y de todos los que promueven el pecado".

"Mi Corazón Inmaculado es la Cámara de Purificación donde las almas pueden enfrentarse a la iluminación y a la convicción en la Verdad. No creer en la Verdad no cambia la Verdad. La convicción del corazón es una gran gracia en cualquier momento presente, y debe ser aceptada para que tenga lugar la conversión del corazón."

«Por tanto, como Madre vuestra, llamo a cada alma a Mi Corazón mientras os llamo tierna y profundamente a daros cuenta de la Verdad de dónde estáis ante Dios en cualquier momento dado.»