domingo, 10 de agosto de 2025

¡Entregado al Diablo para la Eternidad...!

Domingo 10 De Agosto De 2025

Mensaje del 6 de agosto de 2025

Dios Padre: Oh, hija Mía. Siéntate y escribe, pues Nuestra Palabra debe ser escuchada.

Hija Mía. El tiempo que te queda en la Tierra es breve.

Juan: Amados hijos que sois. El tiempo se acaba , lo que significa que debéis prepararos para lo que está escrito.

Dios Padre: Mi mano castigadora sigue siendo retenida por algunos de vosotros que Me amáis mucho a Mí y a Mi Hijo y rezáis por toda la humanidad.

María Magdalena: Aceptan mucho sufrimiento y expiación, y al hacerlo están salvando a muchos de vosotros.

Juan: Pero ahora debéis prepararos, amados hijos, pues el sufrimiento de los que se sacrifican por la salvación de vuestras almas pronto terminará. Serán exaltados y el Nuevo Reino se convertirá en su hogar, y vosotros seréis abandonados a vosotros mismos.

Jesús: El diablo pondrá sus manos sobre vosotros y vuestra alma perecerá. No podréis sobrevivir sin la oración y Mi ayuda, y el fuego eterno del infierno os espera a cada uno de vosotros que no os preparéis ahora, os arrepintáis y Me deis vuestro Sí irrevocable.

Madre de Dios: Hijos, Mis queridos hijos, Yo, vuestra Madre del Cielo, estoy muy preocupada por vosotros. Tantos hijos están sufriendo para que los otros -vosotros- no se pierdan a manos del demonio y sus secuaces, pero su sufrimiento y expiación pronto llegarán a su fin.

Jesús: Yo redimiré a estos niños , y ellos serán los primeros en Mi Nuevo Reino.

Madre de Dios: El amor de Mi Hijo les será dado irrevocable, incondicional y lleno de misericordia, y vosotros seréis abandonados a vosotros mismos.

Pablo: Pero quien sea su propio prójimo sufrirá mucho. Su alma se perderá, pues no se ha preparado para el Señor Jesucristo, su Redentor, y no encontrará salvación. Será abandonado a sí mismo, pues los niños que oran serán levantados. Pero será entregado al diablo, y no habrá salvación para él: su alma.

Pedro: Amados hijos, quiénes sois. Sólo un alma orante que confíe en Dios encontrará la entrada en el Nuevo Reino del Señor, Jesucristo, pero todos los demás se perderán.

Debéis dar a Jesús vuestro Sí incondicional, sincero y honesto, pues de lo contrario os perderéis ante su adversario, ¡y el reino del infierno se abrirá a los que no amen a JESÚS!

María Magdalena: Hijos, hijos, ¡No os hagáis esto! ¡Convertíos y orad! ¡Suplicad a Jesús, al Padre del Cielo y al Espíritu Santo!

Pedro y Pablo: ¡Renunciad a las riquezas de esta tierra y recoged vuestros tesoros para la eternidad!

Un ángel del Señor: ¡Sólo los que aman a Jesús serán elevados, pero todos los demás serán entregados al diablo para la eternidad! Yo, un ángel del Señor, os digo esto, pues en cuanto los hijos orantes , sufrientes y expiatorios de la humanidad -vosotros- seáis elevados, sólo se os abrirá el camino del infierno , si no os convertís , dais vuestro Sí al Señor, a vuestro Jesús, amáis a Aquel que es vuestro Redentor, ¡y seguís aferrados a las cosas terrenales!

Jesús: Los terrenales y amados hijos que sois, vuestro mundo está gobernado por el príncipe de las tinieblas . Ya estáis en él, ¡pero no lo veis! Os dejáis cegar por la ostentación y el glamour, y estáis atrapados por la niebla del diablo.

Pero vuestra plenitud no está en las cosas terrenales que son temporales, sino en Mí , en vuestro Jesús, vuestro Salvador, el Yo Soy.

Así que dame tu Sí y ven a Mí , pues sólo Yo soy el Camino y la Luz, ¡y sólo a través de Mí encontrarás el camino a casa!

El Padre os espera a cada uno de vosotros, pero vosotros tenéis la elección de qué camino queréis tomar.

Sólo hay dos, amados hijos que sois, ¡así que elegid sabiamente y elegid bien!

Todo el que no Me quiera irá por el camino de la oscuridad absoluta, y lo que os espera allí, os lo hemos dicho en numerosos mensajes en todo momento.

Madre de Dios: Así que elige sabiamente y encuentra a Jesús, porque sólo Él es tu Salvador , y sin Él estarás perdido. Amén.

Te amamos mucho.

Están presentes tu madre en el cielo, María Magdalena, Juan, Pablo, Pedro, Jesús, un ángel del Señor, el Padre, y muchos santos, apóstoles y santos ángeles. Amén.