viernes, 4 de septiembre de 2015

¡La verdad está oculta en Mi Hijo!

- Mensaje nº 1060 -

Hija mía. Mi querida hija. Di hoy a Nuestros hijos lo siguiente: Vuestra salvación está en juego, amados hijos, ¡y no lo veis! Las trampas del demonio son muchas, las tentaciones en vuestro mundo oh-tan-moderno son grandes, sin embargo vivís como si todo estuviera bien, y adaptáis «la fe» a vuestras «necesidades» y ya no veis la verdad, fragmentáis la verdadera fe y cambiáis hasta que no queda nada, y eso, amados hijos, os costará vuestra eternidad en la salvación y la paz.

Hijos, ¡despertad, porque la verdad está oculta en Mi Hijo! ¡Encontradle completamente y reconoced los peligros de vuestro mundo actual! Pronto será demasiado tarde para vuestro despertar, y ay de aquel que no haya encontrado a tiempo a Mi Hijo: se perderá en las profundidades del infierno, y no se le concederá la salvación eterna. Sufrirá eternamente, y la comprensión de sus errores le «desgarrará» -su alma-, y como su alma es inmortal, sentirá el tormento por toda la eternidad sin esperanza, sin consuelo, y penosamente su alma languidecerá Sin Morir Jamás.

Así que preparaos, amados hijos, y no os juguéis vuestra eternidad. Aceptad el amor de Mi Hijo y permitidle vivir en vosotros y a través de vosotros. Su amor es infinito, nunca se detiene. Encontradle y convertíos en verdaderos hijos del Señor.

Purificaos, amados hijos, confesad, expiad, arrepentíos. Vuestra alma está a punto de ser «elevada», pero para ser elevada, necesita purificación y amor verdadero. Este amor es Mi Hijo.

Así que dadle vuestro Sí para que no os perdáis y rezad, hijos Míos, para que os guíe y os preserve de extraviaros, pues la astucia del diablo es grande, y bien por aquel que está completamente establecido en Jesús y reza diariamente pidiendo guía y dirección al Espíritu Santo. Amén. Con profundo amor, tu Madre del cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la salvación. Amén.

Te amo. Mi amor por vosotros es infinito. Encontrad a Mi Hijo y dejaos bendecir con Sus riquezas que brotan de Su amor por vosotros. Amén.