sábado, 14 de febrero de 2015

¡Vuestra tibieza será vuestra perdición!

- Mensaje nº 844 -

Hija mía. Mi querida hija. Escribe, hija Mía, y escucha lo que Yo, tu amoroso Padre del Cielo, tengo que decir hoy a los hijos de la tierra: Vuestra tibieza será vuestra perdición, pues no confesáis a Jesús, no hacéis nada por vuestra salvación, vivís como si Mi Hijo no existiera, y miráis sólo por vuestro propio provecho, ¡y no veis lo que es ser cristiano!

Hijos míos. ¡Ser cristiano significa seguir a Jesús! Es decir, ¡debes respetar Sus enseñanzas y transmitirlas! ¡Debes ser un ejemplo para los demás, por ejemplo, para tus hijos y para los que no son cristianos porque no conocen a Jesús, fueron educados en otras religiones o no creen en absoluto!

Debes ser para ellos un destello brillante y radiante de esperanza, para que puedan orientarse hacia ti, y debes obedecer Mis mandamientos, porque un cristiano que no hace esto ¡No es un ejemplo para los demás, ni es un verdadero cristiano!

Es un tibio, y esta tibieza, su tibieza, le hará perecer, porque no hace nada para agradar a Jesús, ni permite que Él, su Salvador, participe en su vida. No vive con Jesús. No Le sigue, no vive según Sus enseñanzas y no guarda Mis mandamientos.

Hijos Míos. ¡Este No Es El Camino! Debéis levantaros y confesaros de verdad, porque si no lo hacéis, ¡no sois dignos de llamaros cristianos! Sois cristianos sobre el papel, pero no de palabra y obra, ¡y vuestro ejemplo es desastroso!

Así que daos la vuelta y vivid así lo que significa ser un verdadero cristiano, ¡porque como cristianos vivís con Jesús! ¡Él forma parte de vuestra vida, y vuestra vida «se construye sobre Él»!

¡Así que entregaos a Mi Hijo, vuestro Jesús, y convertíos en verdaderos cristianos del Señor!

Quien piense que el bautismo, la comunión y posiblemente la confirmación son suficientes para entrar en Mi Reino de los Cielos, ¡se equivoca!

Así que ahora vivid como verdaderos y piadosos cristianos y no inflijáis más sufrimiento a Mi Hijo por vuestra tibieza. Amén.

El fin está cerca, hijos Míos, y quien habite en la tibieza no será digno de Jesús. No se le concederá el Nuevo Reino, pues perecerá a menos que empiece a convertirse en un verdadero cristiano. Amén.

No descanses en tu «soy cristiano», pues el que no haga nada por ello perecerá. Amén.

Es la tibieza, tu tibieza, la que hiere profundamente a Mi Hijo. Amén.

Tu Padre que está en los cielos.

Creador de todos los hijos de Dios y Creador de todo ser. Amén.

A todos Mis hijos amo, pero de vuestra salvación sois responsables . Amén.

Mis puertas del cielo están abiertas para todo aquel que confiese a Jesús y Le dé su Sí sincero. Amén.

Convertíos, hijos Míos, no es demasiado tarde. Amén.