lunes, 26 de enero de 2015

¡No mezcles a «Él» con euforia, arrebatos emocionales y autointerpretaciones!

- Mensaje nº 825 -

Hija mía. Mi querida hija. Di hoy lo siguiente a los hijos de la tierra: No os dejéis abatir y no os dejéis llevar por el camino del jardín, porque las dulces palabras de los que planean vuestra «aniquilación» no os traerán ningún bien.

Pena y dolor y «extravío» os traerán, pero no os conducirán a la gloria de Mi Hijo, sino que os cortarán el camino hacia el Padre que está en los cielos, porque sus mentiras, empaquetadas en dulces palabras, os conducirán directamente a los fuegos del infierno, donde os esperan los demonios del demonio que -si es necesario- darán el último «empujón» a vuestra caída y perdición.

Hijos míos. Así que no creáis en las dulces palabras que os untan en la boca como si fueran miel, ¡y manteneos fieles a vuestros objetivos! Es decir, quien trabaje para el bien en nombre de Mi Hijo, manteneos fieles a Jesús y no mezcléis a «Él» con euforias, arrebatos emocionales y autointerpretaciones, porque si lo hacéis, el demonio ya tiene uno o los dos pies en vuestra puerta, y vuestros objetivos se mezclan y entremezclan, pudiendo dar lugar a provocaciones, desacuerdos y peleas. Tu «buen objetivo» se llevará un -o más- mal sabor de boca y no podrá realizarse, pero habrás creado discordia y división y, por tanto, le habrás hecho el juego al diablo.

Hijos míos. ¡Quien hace el bien debe dejarse guiar y conducir por Jesús! No tenéis el poder vosotros solos, ¡sólo lo tiene Jesús! ¡Nunca os dejéis provocar y sed pacíficos! Quien se burla, se vuelve ruidoso y abusivo, se enfrenta o choca con los demás, ¡va por mal camino! ¡Jesús es amor! ¡Él es paz! ¡Él trae la alegría! ¡Y Él trae la salvación! Así que sigue el camino de la humildad y la paz, pero evita todo lo demás, ¡porque el diablo se ha colado!

Hijos míos. ¡Rezad! Vuestra oración es y sigue siendo el arma más fuerte que tenéis.

Os quiero. No os dejéis provocar, permaneced pacíficos y fieles a Jesús. Amén.

Tu amorosa Madre del cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la salvación. Amén.