miércoles, 7 de enero de 2015

¡Utiliza las oraciones que te hemos dado en estos y otros mensajes!

- Mensaje nº 805 -

Hija mía. Mi querida hija. Buenos días.

Hijos míos. Por favor, rezad por la noche cuando os llamemos. ¡Vuestra oración es tan necesaria!

Rezad siempre en las intenciones de Mi Hijo y uníos en oración con vuestros santos y conmigo, vuestra Madre del Cielo que tanto os ama. Pídenos que oremos contigo y por ti, y ora en todas las intenciones que siempre te pedimos.

Ruega al Espíritu Santo que te dé claridad, pureza y guía, y que te proteja de la mentira y la confusión.

Pide a San Miguel Arcángel que sea tu defensor en la lucha contra el mal y que te libere de todos los enredos malignos. Pedid Su protección y utilizad las oraciones que os hemos dado en estos y otros mensajes.

Hijos míos. El fin está cerca, y sólo vuestra oración podrá manteneros fieles a Mi Hijo. Os hará fuertes y poderosos. ¡Os dará esperanza y detendrá e incluso repelerá el mal! Vuestra oración es poderosa y tiene el poder de preservaros.

Así que rezad, Mis queridos hijos, y rezad en Nuestros tiempos . El Maligno está muy activo, está en las últimas. ¡Así que no permitáis que siga robando almas, mintiéndoos y engañándoos!

Vuestra oración obra los milagros en este tiempo del fin , así que rezad, hijos Míos, y estad completamente unidos a Nosotros. Yo, vuestra amorosa Madre del Cielo, os pido que lo hagáis, porque muchas almas necesitan aún ser salvadas, y vuestra oración contribuye a ello.

Hijos míos. Los santos de la Santa Comunión están Todos preparados para vosotros. «Habladles y ellos rezarán por vosotros y con vosotros.

Pedid siempre a vuestro Ángel de la Guarda que rece con vosotros y con vuestra alma, especialmente cuando estéis cansados o distraídos. Él mantendrá tu oración, pero tú debes pedirle que siga rezando con tu alma.

Hijos míos. Pronto terminará este tiempo del fin y entraréis en el Nuevo Reino de Mi Hijo.

Esperadlo, hijos Míos, porque amanecerá un tiempo maravilloso en gloria y esplendor. Amén.

Os amo.

Vuestra Madre del Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Redención con los santos de la Santa Comunión y los ejércitos angélicos, todos preparados para ti (y para la batalla final). Amén.