jueves, 29 de agosto de 2013

Arrodíllate ante Nuestro Señor, a Él se debe honor y acción de gracias, a Él se debe respeto y gloria.

- Mensaje nº 247 -

Visita un lugar santo , hija mía. Es tu falta de respeto hacia el Padre lo que te ha conducido a todas las miserias de tus días actuales. Si le hubierais mostrado vuestro respeto, si le hubierais dado las gracias, si le hubierais amado, ahora seríais hijos libres de Dios, no esclavizados -¡pues estáis esclavizados por todo el mal que domina vuestro mundo, por el «lado oscuro», el «grupo» y el propio Satanás y ni siquiera os dais cuenta!-, así que si volvéis a mostrar vuestro respeto al Padre, vuestra vida cambiará positivamente, pero tenéis que venir a Él, inclinaros ante Él y vivir con Él y según Su voluntad, leyes, mandamientos, porque Él os dio los mandamientos para ser libres , hijos felices aquí en la tierra, ¡pero vosotros los habéis pisoteado, os habéis puesto por encima de Él, del Padre mismo, y así habéis estropeado, deshonrado, destruido todo lo bello, lo maravilloso, lo glorioso, que Él os ha dado y ha creado en amor para vosotros!

¿Por qué quieres ser «independiente»? ¿De quién quieres ser independiente? ¡Te has apartado del Padre y te has vuelto hacia el diablo! ¿No te das cuenta? ¿No lo sientes? Estás lleno de miedo, lleno de dudas, cargado de odio y de ira y de envidia y de falta de comprensión. ¿Por qué? Porque el diablo se ha instalado en ti, donde el Padre está en casa con el Hijo. Él, el maligno, destruye tu corazón, te «come» por dentro, ¡y tú no te das cuenta!

Tu Padre Santo te da amor. ¡Te da alegría, plenitud y felicidad! Siempre está ahí para vosotros, ¡os espera ansiosamente! ¡Pero vosotros le dais la espalda, os cerráis, huís de Él, Le desdeñáis y rechazáis Su amable ayuda!

¿Qué hacéis, pobres niños? ¡Estáis sufriendo lo que vosotros mismos estáis creando! ¡Os lo estáis creando vosotros mismos porque os habéis apartado del Padre y ahora estáis a merced del demonio! ¿No lo veis? ¡No es vuestro Padre quien os ha abandonado! ¡Habéis abandonado a vuestro Padre Santo, Dios, el Altísimo, Creador de todo ser y vuestro!

¡Vedlo, hijos míos! ¡Abrid los ojos! ¡Abrid vuestros corazones y anclad vuestras mentes con vuestros corazones! ¡Entonces, queridos hijos míos, volveréis a ver con claridad y podréis regresar a Aquel que tanto os ama, a Aquel que os creó por puro amor, a Aquel que os lo da todo y os espera!

¡Despertad! ¡Vuelve! Dad vuestro Sí al Hijo, y Él, que es santo, bondadoso, misericordioso y lleno de amor por cada uno de vosotros, ¡vendrá y os conducirá de vuelta al Padre! Que así sea.

Tu ángel del Señor.