domingo, 23 de junio de 2013

No Creas En Todo Lo Que Te «Imponen» Como Cambios.

- Mensaje nº 181 -

Hija mía. Mi querido hijo. No desesperes. Vuelven días más tranquilos. Tu decisión es buena, pues con la visita del sábado entrarás más en el descanso y en la verdadera alegría que se te niega los domingos.

Demasiado «alboroto» y distracción no es bueno para ninguno de Nuestros hijos, y todos vosotros, Mis amados hijos, debéis volver a la ceremonia original y no dar lugar a la inquietud en vuestras iglesias y durante las Santas Misas.

Debéis hablar con Jesús y con Dios Padre y no perseguir alegremente las cosas humanas. ¡Aprended a conocer la alegría interior! Reflexionad sobre la venida de Mi Hijo, Su presencia entre vosotros y la Sagrada Eucaristía. Preparaos para la unión con Mi Santo Hijo, vuestro Jesús, y no cedáis a las trampas del enemigo, porque los cotilleos y otras travesuras de inquietud, que os sacan, Mis amados hijos, de la intimidad, no proceden de Mi Hijo.

Son trampas del demonio, que quiere sacaros cada vez más de la paz y la alegría interiores.

Os hace creer que es bueno caminar por la iglesia deseando paz a todos, aplaudiendo y cantando canciones fuertes, pero no íntimas. ¡Basta ya!

Vuestras iglesias son sagradas e ir a Misa es vuestra adoración, muestra de respeto y alegría a Mi Hijo y Dios Padre y vuestra unión con Él, vuestro Santo Jesús. ¡No dejéis que el demonio destruya eso!

No creas en todo lo que te «imponen» como cambios. ¡No es bueno y no viene de Jesús! ¡Así que cuídate y celebra tus Misas como se celebraban desde el principio! Cantad los cantos que provocan intimidad y alegría interior, y no os dejéis sorprender por los nuevos textos, en su mayoría paganos, que se escribirán en vuestros nuevos libros. ¡Aferraos al rito antiguo, pues es el único verdadero!

¿No sabéis que todos estos cambios proceden del Adversario? ¿De verdad cerráis los ojos y los oídos y no veis y oís lo que dicen vuestras «cabezas»?

¡Todo el que se comunica con Nosotros sabe que vuestra iglesia está infiltrada por el diablo! Todo el que escucha Nuestra Palabra sabe quién está sentado en la Santa Sede de Roma.

¿Lo habéis olvidado todo? ¿O tu fe es demasiado débil? ¡Despertad!

¡Defiende tus misas y di a tus sacerdotes lo que hacen mal! No os limitéis a aceptar estas canalladas, ¡cómo invaden y se infiltran cada vez más en vuestras misas e iglesias!

¡Levántate! ¡Defended a Jesús!

Entonces, Mis queridos hijos, volveréis a encontrar la paz cuando visitéis vuestra iglesia. ¡Experimentaréis la verdadera alegría y vuestro corazón y vuestra alma se llenarán!

Así que no permitáis que todo se vuelva «ruidoso» e inquieto, sino insistid en la contemplación y la tranquilidad.

Os doy las gracias, Mis queridos hijos.

Vuestra Madre amorosa del cielo. Madre de todos los hijos de Dios.

Gracias, hija Mía.