Mensajes a María para La Divina Preparación de los Corazones, Alemania
lunes, 1 de abril de 2013
Reza en estas intenciones y traerás gran alegría a Nuestros corazones.
- Mensaje No. 83 -

Hijo mío. Ambos estamos contigo. Tu San José y tu Madre en el Cielo. Todo el día Hemos querido hablar contigo. Yo, José, desde anoche.
Hijo mío. Es muy importante que rezues por el falso ocupante del trono en Roma. La oración evita muchas cosas. Independientemente de lo que se te haya predicho, rezando por esta alma perdida, puedes lograr mucho bien para el mundo.
Tú, Hijo mío, viste lo "pobre" que es este alma. Viste las falsas esperanzas, las expectativas tan grandes, como un niño pequeño pidiendo algo a sus padres.
Su alma está tan perdida. Viste y sentiste la tristeza de Nuestro Hijo, Jesucristo, que lamenta y espera a todos Sus hijos perdidos con profundo amor. Esperanza de que este alma "ennegrecida" también se arrepienta y Le encuentre.
Tu visión fue real en la primera como en la segunda parte. Jesús ama a todo pecador, porque Ve más allá del ahora. Ve cómo el alma espera, y Ve el sufrimiento que experimenta el alma cuando pone toda su esperanza "en el caballo equivocado".
Por lo tanto, queridos hermanos y hermanas en Jesús, rezad por todos los hijos perdidos, ¡especialmente por los mayores pecadores entre vosotros! Rezad por el alma pobre del falso Papa, no elegido por Jesús, que pone sus esperanzas en Satanás en lugar de correr a los brazos de Jesús. Rezad, Hijos míos, por todos aquellos que no pueden ver la luz de Mi Hijo, para que también se salven sus almas. Esto es lo que Jesús, Nuestro Hijo, desea, porque Su amor es inmenso y Su esperanza es grande de que incluso el pecador más endurecido encuentre su camino hacia Él.
Hijo mío. Amamos a todos Nuestros hijos, pero ahora Debemos luchar por aquellos que parecen estar perdidos. Tu oración es el poder para esto. Cuanto más rezues, más almas se salvarán. Se está acabando el tiempo.
No queda mucho tiempo, pues pronto tus días en la tierra estarán contados, y hasta entonces muchas más almas deben confesar a Mi Hijo.
Hijo mío. Llamamos a todos Nuestros hijos a la oración unida por el Papa Francisco y sus seguidores, para que se evite mucho daño al mundo y muchos de vosotros os convirtáis a Mi Hijo.
Además, llamamos a la oración por todas las almas confundidas. Entre ellas hay muchos creyentes que no reconocen la verdad en los tiempos presentes.
Hijos míos. Rezad en estas intenciones y traeréis gran alegría a Nuestros corazones. Mi Hijo Jesús lo desea así.
Gracias por responder a Nuestra llamada.
Con amor eterno. Tu Madre en el Cielo con San José.
Origen: ➥ DieVorbereitung.de
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