Domingo, 17 de febrero de 2008

Jesús dijo: “Hijo mío, te hace bien estar aquí sintiendo la belleza de Mi Transfiguración, como en la lectura del Evangelio de hoy. Este hermoso sentimiento espiritual es como el pequeño sabor del cielo que experimentas en la misa diaria al recibirme en la Sagrada Comunión. Estás viéndome transfigurado en Mi Cuerpo y Mi Sangre a partir del pan y el vino en el momento de la Consagración de la misa. Esta fue una señal para Mis apóstoles de Mi Cuerpo glorificado que regresaría en Mi Resurrección después de Mi muerte. También es un adelanto para todos Mis fieles de que volverás en tu cuerpo glorificado después del juicio final. Este es tu objetivo, estar conmigo un día en el cielo en tu cuerpo glorificado para siempre y para siempre. Estar conmigo en el cielo es mayor que todas tus experiencias más deseadas que podrías tener en la tierra. Da alabanza y gracias a tu Señor por que morí por tus pecados para que puedas venir al cielo.”