lunes, 5 de noviembre de 2007

Lunes, 5 de noviembre de 2007

Jesús dijo: “Mi gente, hay muchas tradiciones en la Misa que dan más reverencia al significado de Mi Presencia Real en el pan y el vino. Había barandas de comunión para arrodillarse y recibir la Sagrada Comunión en la lengua. Había el sonido de las campanas en la Consagración y la colocación de Mi tabernáculo detrás del centro del altar. Hoy, muy pocos se inclinan ante Mi tabernáculo, que a veces es difícil de encontrar en las iglesias modernas. Las barandas de comunión en el altar han desaparecido, y la gente recibe la Sagrada Comunión en la mano y de pie. Muy pocas iglesias todavía hacen sonar las campanas en el momento de la Consagración. Esta visión del sonido de las campanas en la Consagración y todas estas otras tradiciones, son para honrar Mi Presencia Real en la Hostia consagrada. Al minimizar esta reverencia por Mi Hostia en estas tradiciones perdidas, no es de extrañar que la mayoría de los que están en la Misa ni siquiera crean en Mi Presencia Real. Es trabajo del clero enfatizar la necesidad de creer en Mi Presencia Real, y si la reverencia no está ahí para Mi Eucaristía, entonces enseña el mensaje equivocado. Hay poder espiritual y gracia en Mi Bendito Sacramento, y este es Mi regalo de Mí mismo a ustedes hasta el fin de los tiempos.” Jesús dijo: “Mi gente, este Evangelio habla sobre dar la bienvenida a todos a sus celebraciones y banquetes, y no solo a aquellos que pueden pagarles. Quiero que siempre estén abiertos en la caridad para ayudar a los necesitados espontáneamente sin contenerse ni ser invitados. Comparten entre sus amigos y familiares porque se sienten cómodos por amor para ayudarlos. Les pido que vayan más allá para ayudar a los pobres y a aquellos que no conocen, incluso cuando puedan necesitar actuar fuera de su zona de confort. Si alimentan a los hambrientos, visten a los desnudos, visitan a los enfermos y lloran con las familias de los fallecidos, entonces me han ayudado en ellos, y recibirán su recompensa en el cielo. Si no hicieron esto por Mí en ellos, y rechazaron las oportunidades que les di, entonces pueden sufrir en el purgatorio o incluso en el infierno por su egoísmo y pecados de omisión. (Mateo 25:31-46) Les doy todos los regalos de este mundo y los regalos espirituales por Mi amor, y quiero que todos Mis fieles compartan su amor conmigo y su amor por su prójimo con su tiempo, talento y dinero. Sus regalos a los demás son su forma de compartir el amor con ellos, y amor conmigo en ellos.”