Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

domingo, 25 de octubre de 2015

Fiesta de Fray Galvão- 454ª Promoción de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora

 

Video Aparición:

https://www.youtube.com/watch?v=dJyExJQX_yQ

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Jacareí, 25 de Octubre de 2015

Fiesta de Fray Galvão

454ª Clase de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora

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Mensaje De Nuestra Señora - San Antonio De Santana Galvão Y Santa Irene

(María Santísima): «Mis queridos hijos, hoy de nuevo vengo del Cielo para invitaros a ser santos. ¡Debéis santificaros! Dije en Mi primer Mensaje aquí.

Mi primera petición es ésta: debéis santificaros. El mundo necesita santos, y es porque los santos son tan escasos hoy en día por lo que el mundo se encuentra en el estado calamitoso en el que está.

Sólo cuando haya muchos santos, con vidas llenas de amor a Dios, llenas de oración, llenas de obras santas, este mundo podrá por fin encontrar la paz, la salvación, la gracia. Y por fin podrá vivir una nueva era de amor, santidad, gracia, fidelidad y servidumbre a Dios.

¡Es necesario santificarse! Cada uno debe santificarse en su propia vida, buscando la santidad cada día. Muchos buscan la santidad demasiado lejos, mientras que lo que Dios quiere es que vivas la santidad, en la vocación a la que Dios te ha llamado y en tu vida cotidiana.

Así, haciendo todas las cosas con amor sobrenatural, llegaréis a ser santos y agradables a Dios, como Mi hijo Antonio Galvão y también como Mi hija Irene y todos los Santos llegaron a ser ante Dios.

¡Debéis santificaros! Por eso debéis vivir una vida de oración profunda, porque un santo sólo puede serlo de verdad, en el pleno sentido de la palabra, si reza mucho. La oración es indispensable para que un alma alcance todas las gracias y ayudas de Dios para ser santa.

Un alma que no reza no puede ser santa, y por eso insisto tanto en la oración, hijos míos. Es la puerta que os da acceso a muchas gracias con las que llegaréis a ser santos, a agradar a Dios y a cumplir el Plan de Amor que Él tiene para cada uno de vosotros.

¡Rezad, rezad mucho! Sólo a través de la oración comprenderás lo que Dios quiere que hagas. Y sólo a través de la oración obtendrás todas las gracias para ser santo como Dios quiere que seas.

El secreto de la santidad es el amor y la oración. Quien tenga estas dos cosas será sin duda un gran santo a los ojos del Señor.

¡Hay que santificarse! La santidad que he venido a pedirte y a ofrecerte no es otra que ésta, la caridad perfecta: amar a Dios y despreciar la voluntad de tu carne, hacer la voluntad del Señor y renunciar a la tuya. Si cumples esto, cada día avanzarás en la santidad que agrada al Señor, y harás grandes obras para Él y también para Mí.

Mira a los Santos, contempla a los Santos cada día, tratando de conocer mejor sus vidas e imitando los ejemplos que dejaron para ti.

Siempre te he dicho que Aquí está Mi Escuela de Santidad, pero para crecer en esta Escuela, y para pasar por ella, no puedes permanecer obstinado en tu propia voluntad y en tu forma errónea de pensar.

Así que renuncia a tu propio yo, y acepta la dirección espiritual que te doy aquí. Entonces, crecerás en santidad y amor rápidamente, como creció Mi hijo Antonio de Santana Galvão, como crecieron tantos santos que se dejaron formar por Mí. Y pronto alcanzarás una santidad eminente e inmensa.

Continúa rezando Mi Rosario todos los días y todas las oraciones que te he dado aquí. A través de ellas, encenderé cada día más Mi Llama de Amor en vuestros corazones.

Os bendigo a todos con el Amor de Fátima, de La Salette y de Jacareí».

(Frei Galvão):

"Mis amados hermanos, yo, Antônio de Santana Galvão, siervo de Dios y de la Madre de Dios, me alegro de venir hoy a vosotros para bendeciros y deciros:

Pedid la Llama de Amor de la Madre de Dios, pues quien tiene esta llama en su corazón lo tiene todo.

Yo la he tenido, la he pedido, la he recibido, y por eso, abrasada de amor por Ella he abrasado los corazones de los hombres con Mis predicaciones, oraciones, Mis ejemplos.

Llevando a todos a amar a la Madre de Dios, a amar a Dios mismo con un amor abrasador.

Y tanto como he podido he intentado en Mi tiempo inflamar y encender a todas las almas en esta llama de amor por Ella y por el Señor.

¡Pedid esta llama, buscad esta llama, desead esta llama!

Si deseas esta llama, te será dada en toda su potencia y harás cosas mucho más grandes que las que yo he hecho.

¡Oh, sí!

Pide esta llama, busca esta llama, desea esta llama con todas tus fuerzas, y realizará en tu vida maravillas asombrosas.

Y a través de todos vosotros veréis el poder de Dios, temeréis a Dios, es decir, amaréis a Dios hasta el punto de no cometer ningún pecado por miedo a herirle.

Entonces todos amaréis de verdad a Dios con todo el corazón, serviréis a Dios con vosotros y todos seréis el pueblo santo del Señor.

Pedid la llama del Amor a la Madre de Dios y esta llama abrasará de tal modo vuestros corazones que se llenarán de un amor que nunca habéis sentido, que nunca habéis conocido.

Y este amor producirá en vuestro corazón gozo, alegría, felicidad, paz, fuerza, fortaleza en el sufrimiento, fortaleza para realizar cosas arduas, difíciles, complicadas y grandes para Ella, como hice yo.

Esta llama os dará la fuerza para hacerlo todo, para sufrirlo todo, para soportarlo todo y para superarlo todo.

Esta llama arderá en vuestros corazones y hará que todo lo carnal, todo lo terrenal que hay en vosotros se reduzca a cenizas.

Y en su lugar renacerá como el ave fénix la nueva criatura en Dios, es decir, el alma renacida del Espíritu Santo, el alma que vivirá en Dios y en la que Dios vivirá.

Pedid esta llama de amor y hará que vuestros corazones desprecien, renuncien contentos a todas las cosas mundanas y busquen, abracen, deseen, posean todas las cosas celestiales.

Yo, Antônio de Santana Galvão, os quiero mucho a todos y deseo comunicar a vuestros corazones esta llama.

Pero muchos de vosotros no Me pedís esta gracia, muchos Me pedís cosas materiales y curas para el cuerpo, pero la llama de amor para el alma que es el Espíritu Santo, esto pocos Me lo pedís.

Y esto es lo único necesario como bien dijo ayer Nuestro querido Marcos, esto es lo único necesario de lo que habló Nuestro Señor con palabras misteriosas en el Evangelio: tener la Llama de Amor.

Porque quien la tiene, quien tiene el Espíritu Santo, lo tiene todo, lucha por su salvación, salva su alma y salva también las almas de los demás.

Pide, pues, esta Llama y te será dada y junto con ella todos los demás bienes del Altísimo:

Fortaleza, Sabiduría, Consejo, Entendimiento, Piedad, Temor de Dios, Prudencia, Justicia, Esperanza y todas las Virtudes.

Y el alma que tenga esta llama será rica, rica en las luces de Dios, rica en el Amor de Dios, rica en el Amor y en las Gracias eficaces del Corazón de la Madre de Dios, y nada, nada le faltará.

Quiero darte esta llama y quiero llevarte a vivir totalmente de María, con María y en María, como Yo mismo he vivido. Ven, entrégate a Mí, déjate conducir en Mis brazos hasta la Madre de Dios. Yo te llevaré a Ella, y Ella te llevará a Dios. Y Yo te enseñaré cómo complacerla, cómo vivir para Ella, cómo vivir en Ella sin herirla nunca. Si Me lo pedís, Yo seré el maestro del amor a María para todos vosotros.

Amo este Lugar, protejo este Lugar y a todos los que vienen a rezar en él, protejo a todos los que desean sinceramente amar aquí a la Madre de Dios.

Miro a todos con amor, conozco las cruces y los sufrimientos de cada uno, y para todo daré solución y remedio en el momento señalado por Dios.

Entregadme todas vuestras penas y sufrimientos, también todas vuestras peticiones e intenciones, necesidades.

Todo lo que pidáis que esté de acuerdo con la Voluntad de Dios, Yo lo obtendré siempre para vosotros ofreciendo incluso los méritos de Mis buenas obras, Mis sufrimientos, Mis lágrimas todo al Señor.

Para que Él considere favorablemente vuestras peticiones y os conceda todo lo que pedís.

Os amo a todos y os bendigo ahora desde Guaratinguetá, desde Mi Monasterio de Luz y desde Jacareí».

(Santa Irene): «Mis amados hermanos, yo, Irene, sierva de Dios y de la Madre de Dios, me alegro de volver hoy de nuevo Aquí para deciros: ¡Os amo a todos y protejo la Paz de vuestras vidas!

Mi nombre significa Paz, y quiero proteger la Paz en vuestras almas, en vuestras familias y en vuestros corazones. Así que hoy también vengo a invitaros a ser los protectores de la Paz.

Sed los protectores de la Paz junto Conmigo, protegiendo la Paz en vuestras familias, rezando el Santo Rosario para mantenerla, conservarla y aumentarla, rezando las Horas de Oración que la Madre de Dios os ha pedido aquí. Pues sólo con estas oraciones puede reinar la paz en vuestros corazones, en vuestras familias y en el mundo.

Proteged también la paz junto a Mí, llevando los Mensajes de Paz de la Santísima Madre a todos los que encontréis. Estaré junto a vosotros para tocar los corazones de los pecadores y hacerles comprender y sentir el amor de la Madre de Dios, y entender cuánto ama Ella a todos Sus hijos, cuánto lucha por todos, sufre por todos y quiere la salvación de todos.

Entonces haremos que reine la Paz en el mundo y en las familias. Y entonces, una nueva era de Paz vendrá para vosotros, y toda lágrima será enjugada de vuestros ojos, y sólo habrá cantos y maravillas de Dios para siempre en vuestras vidas y en la humanidad.

Sed los protectores de la Paz junto Conmigo, haciendo los grupos de oración que la Madre de Dios os ha pedido Aquí en todas partes. Sólo donde hay estos grupos de oración Satanás no puede hacer nada. Con este grupo de oración, cesarán poco a poco las luchas, las guerras, las divisiones, los desórdenes. Y la Paz del Corazón de Nuestra Señora empezará a reinar en cada corazón y en cada familia.

Si hacéis los grupos de oración que Ella os ha pedido, junto Conmigo, entonces fluirá un río de Paz entre los pueblos llenos de odio, rencor y maldad. Y el mundo, de ser un pantano de maldad y violencia, se transformará en un jardín de gracia, de paz, alegría y amor entre los hombres.

Sed los protectores de la Paz, haciendo de vuestra vida lo que yo hice de la mía, un gran canto de amor a Dios y a la Madre de Dios. Viviendo cada día encendidos con la Llama de Amor de la Santísima Madre en vuestros corazones, en vuestros corazones.

Así, verdaderamente esta Llama de Amor se transmitirá desde vuestros corazones a todos los corazones. Y entonces, todos amarán verdaderamente a Dios, servirán a Dios, adorarán a Dios y serán el pueblo santo y elegido del Señor.

Si abrís vuestros corazones a la Llama del Amor, a la Madre de Dios, esta Llama entrará en vuestros corazones. Os inflamará de tal manera que ya viviréis un poco de esa vida que Nosotros vivimos aquí en el Paraíso. Sentiréis a Dios, conoceréis a Dios, viviréis una vida de dulce intimidad y unión con Dios en la tierra. Saboreando esa paz, esa alegría, esa felicidad, esa bienaventuranza del Paraíso.

Entonces llorarás verdaderamente de alegría, sintiendo el amor de Dios, sintiendo el amor de la Madre de Dios, como Ella dijo aquí. Y serás feliz, las cosas terrenales ya no tendrán poder sobre ti, las criaturas ya no podrán arrastrarte al fango del pecado. Y buscarás sólo y siempre a Dios, sólo a Dios.

Yo, Irene, quiero llevaros a sentir todo esto, a conocer todo esto, a poseer esta Llama de Amor, a poseer esta vida maravillosa en vuestros corazones.

Venid a Mí, y os prometo conduciros a esta Llama, que una vez que un alma la reciba, nunca volverá a ser la misma. Y el alma que posee esta Llama, en el mundo no quiere nada más, no busca nada más, no desea nada más, no espera nada más. Para ella sólo existe Dios, sólo Dios y Su Madre, sólo su amor la satisface, la hace feliz, la llena, la complace. Sólo Su Amor la hace verdaderamente feliz en plenitud.

Venid a Mí y Yo os conduciré a esta Llama, y haré que esta Llama crezca cada día más en vuestros corazones. No olvidéis que para recibir esta Llama primero debéis negaros a vosotros mismos, despreciar la voluntad de vuestra carne, renunciar al mundo y a vuestra voluntad desordenada.

Entonces, el Espíritu Santo, la Llama del Amor entrará en vosotros. Y tampoco olvides que para aumentar esta Llama debes ejercitarte cada día en la renuncia a ti mismo, para que esta Llama crezca cada vez más en tu interior hasta alcanzar la plenitud. Esta Llama sólo se alimenta del amor, de la renuncia, del desprendimiento total de vosotros mismos y de vuestra entrega completa a Dios.

Yo, Irene, os quiero mucho a todos, os bendigo ahora con amor y sobre todos extiendo Mi Manto cubriéndoos a todos con Mi protección».

(María Santísima): «Hasta pronto hijos Míos. Hasta pronto Marcos, el más trabajador y dedicado de Mis hijos».

Participa en las Apariciones y oraciones en el Santuario.

Infórmate en el Tel: (0Xx12) 9 9701-2427

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Sábados a las 15:30 - Domingos a las 10:00.

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Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

➥ www.AparicoesDeJacarei.com.br

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