Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
sábado, 23 de mayo de 2015
Mensaje De Nuestra Señora- 409ª Clase De La Escuela De Santidad Y Amor De Nuestra Señora
Guarulhos, 23 de Mayo de 2015
409ª Clase de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora
Mensaje de Nuestra Señora
(Marcos): «Sí Mi Señora, pido a Nuestra Señora una bendición especial para Doña Terezinha y toda su familia, que hoy reciben Su Imagen Peregrina y Su Aparición.
También quiero pedir a la Señora que cure a los enfermos que están aquí.
Por favor, da también una bendición especial a esta joven que ha dado un testimonio tan hermoso y también a su hijito y a toda su familia.
Te pido también Madrecita del Cielo, por favor, bendice a tus postulantes, a estos hijos tuyos que la Señora ha llamado para que la sigan, para que vivan más de cerca con la Señora, para que tomen las espadas de tu Corazón y sean los hijos amados de los amados.
Sí, mi Señora, siempre te he amado y siempre te amaré. La Señora es mi vida, no puedo vivir sin la Señora, soy tuya, sólo quiero al Señor y nada, nada más. Sólo tu amor y lo tendré todo, todo.
(María Santísima): «Mis queridos hijos, hoy vengo de nuevo a vosotros para deciros que os quiero mucho. Y que sois los hijos amados del corazón que Jesús me dio en lo alto del Calvario, al pie de la cruz, cuando moría diciéndome: ¡Mujer, Señora, he ahí a tu hijo!
A partir de ese momento, me convertí en la Madre de todos vosotros, y todos os habéis convertido verdaderamente en Mis hijos. Los hijos y la Madre, los hijos y la Madre deben permanecer unidos en un solo corazón, en una sola alma, como quiere Jesús, como mandó Jesús.
Por eso, os digo hijitos Míos, acoged Mi amor en vuestros corazones, vivid Mi amor en vuestras vidas para que Yo pueda vivir verdaderamente con vosotros, estar cerca de vosotros, realizar más y más gracias en las vidas y en las familias de todos vosotros y a través de vosotros en las familias de vuestros vecinos, de vuestros amigos y de vuestros conocidos.
Los hijos y la Madre están unidos por una voluntad divina, por la voluntad de Mi hijo Jesús moribundo clavado en la cruz.
Los hijos y la Madre deben permanecer juntos, en una comunión de amor total, en una armonía total de deseos, de pensamientos, de obras, de palabras.
Los hijos y la Madre deben estar perfectamente unidos en un vínculo místico y sagrado de amor: por la oración, por la verdadera devoción a Mí, por el sacrificio, por la obediencia y la práctica de Mis Mensajes. Para que de este modo, hijos Míos, la Madre viva en los hijos y los hijos vivan en la Madre.
Si obedecéis mis Mensajes, si rezáis mi Rosario y si hacéis los grupos de oración que os he pedido, viviréis en Mí y Yo viviré en vosotros.
Y a través de vosotros, llevaré Mi paz, llevaré Mi amor, llevaré Mi presencia y Mis gracias a todos Mis hijos que aún no Me conocen, o que Me conocen muy poco. Y que por no conocerme, sufren mucho y demasiado sin Mi consuelo.
Así, viviendo juntos en una sola comunión de amor, en una sola vida de Amor, realizaré el mayor Triunfo de Mi Corazón inmaculado en las familias y en el mundo a través de cada uno de vosotros, Mis amados hijos.
Estoy rebosante de alegría con esta familia y también con cada uno de vosotros que habéis venido hoy aquí. Os miro ahora a cada uno de vosotros, veo ahora los corazones de cada uno de vosotros.
Bendigo ahora a cada uno de vosotros, a vuestras familias, vuestros rosarios, medallas y todos los objetos que lleváis con vosotros.
Donde estén, allí estarán Mis bendiciones y gracias. Os he elegido a cada uno de vosotros para que estéis hoy aquí. Os he llamado a cada uno por vuestro nombre. Y si os he llamado para que estéis hoy aquí conmigo, es la señal, es la prueba de que os quiero mucho. Y quiero mucho a Mis hijos para ayudaros a cada uno de vosotros y para salvaros a cada uno de vosotros.
Continuad rezando el Rosario cada día, rezando la Hora de la Paz, rezando todas las oraciones que os he dado. A través de estas oraciones viviréis en Mí, y Yo viviré en vosotros.
Os amo, hijitos Míos, y ahora os colmo a todos con una gran lluvia de gracias.
Continuad haciendo los grupos de oración en esta ciudad, que es Mía, a la que amo, y en la que seguiré realizando grandes gracias, para la mayor victoria del Señor, de Mi Corazón y de la Santa Fe Católica.
Os bendigo a todos por boca de Mi sierva, de Fátima, de Caravaggio, de Lourdes y de Jacareí.
¡Paz Mis amados hijos! Volved a Mí en el próximo Cenáculo, para que pueda continuar vuestra conversión, y seguir derramando Mis gracias de Amor sobre vosotros.
Paz, buenas noches, hasta pronto Marcos, el más trabajador de Mis hijos».
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