Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
domingo, 19 de abril de 2015
Mensaje de Nuestra Señora - 398ª Clase de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora
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Jacareí, 19 de Abril de 2015
398ª Clase de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora
Mensaje de Nuestra Señora
(El Arcángel Miguel y otro Ángel del Cielo aparecieron juntos)
(María Santísima): «Mis queridos hijos, hoy de nuevo vengo a invitaros a la paz del corazón.
Vuestros corazones no tienen paz, porque os habéis alejado de la verdadera oración con el corazón y habéis dejado entrar en ellos todo lo que es malo. Porque habéis descuidado la oración, la meditación y la intimidad con Dios, han vuelto a vuestros corazones sentimientos y movimientos de ira, sensualidad, vanidad y maldad.
Despertad, despertad mientras aún hay tiempo, Satanás está en medio de estas cosas en vuestros corazones, y si no lo expulsáis rápidamente con la oración y la penitencia, acabará reinando en vuestro interior.
Muchas almas tienen al enemigo dentro de ellas, porque no han rezado, y por eso han dejado entrar todo lo malo, y Satanás ha encontrado la casa preparada para él.
Tienes que echarle mediante una decisión radical, mediante la oración, mediante la meditación, mediante una conversión que te lleve realmente a la unión con Dios. Sin conversión, la unión con Dios es imposible.
Hay muchos que pretenden la unión con Dios en el pecado, esto no puede ser. Tienes que renunciar al pecado que es una barrera, un bloqueo entre tú y Dios y no te permite unirte a Dios.
Reza cada vez más el Rosario hasta que tengas la fuerza interior para renunciar a todo pecado. Sólo el Rosario puede darte esta fuerza, por eso te pido tanto que reces el Rosario. Dedicad más tiempo al Rosario, dedicad más tiempo a rezar el Rosario con el corazón, para que el Rosario os lleve a una profunda conversión a Dios, que os conduzca a la unión con Él.
Deseo que vuestra vida interior de oración, de silencio, de meditación, sea profunda sin descuidar vuestras familias, vuestro trabajo, vuestros estudios y vuestras tareas cotidianas. Deseo que siempre tengáis tiempo para la oración. Para que vuestra vida sea una oración continua, e incluso deseo que la oración sea una alegría para vosotros.
Así que reza con el corazón y sentirás la alegría y la felicidad de rezar y de estar en intimidad, en contacto con Dios y Conmigo. Una vez más os pido también: imitad a los santos, imitad sus virtudes, su vida de oración, su ardiente amor a Dios y, sobre todo, su espíritu de abnegación, de olvido de sí mismo, para pensar en Dios, para pensar en la salvación del mundo.
Y así, hijos míos, seréis cada vez más agradables a Dios y más amados por Dios.
Dios odia a los egoístas, Dios odia a los que se adoran y se aman a sí mismos más que a Él. Por eso, os digo, hijos Míos, aprended de Mí y de los Santos a amar a Dios más que a vosotros mismos. Entonces Dios también hará grandes cosas en vosotros, como hizo en Mí, y como hizo también en los Santos.
Quiero que cada uno de vosotros crezca cada día más en la conciencia de que habéis sido muy amados por Dios, y Dios os ha elegido para estar aquí, en Mi Escuela de Santidad, entre miles y miles de millones de vuestros hermanos y hermanas. No defraudéis a Dios, que os ha dado los primeros puestos, y también cuidaos a vosotros mismos, sed vigilantes para que de ser los primeros no paséis a ser los últimos.
Cultivad el amor en vuestros corazones, día tras día rezando con el corazón y también mediante el esfuerzo siempre continuo de olvidaros de vosotros mismos para pensar sólo y únicamente en Dios y en Mí. De este modo, el amor crecerá en vosotros, y nada de lo que haga Satanás podrá apartaros de Dios y de Mí.
Os quiero mucho, me preocupo por cada uno de vosotros y quiero que sepáis, hijitos, que os he amado y os he dado los primeros puestos aquí en Mi Casa y en Mi Corazón porque os quiero mucho. Pero, cuánto siento deciros que Mi Amor aunque muy hermoso ha sido olvidado, despreciado y traicionado por muchos. Para que no hagáis lo mismo atrozmente, quiero que os consagréis cada día a Mi Corazón Inmaculado y viváis continuamente unidos a Mí por la oración con el corazón.
A todos vosotros, en este momento, os bendigo con amor, desde Fátima, desde Montichiari y desde Jacareí».
(Marcos): «Hasta pronto querida Madre Celestial, hasta pronto querido Miguel, hasta pronto querido Ángel del Señor».
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