domingo, 25 de enero de 2015

Mensaje de María Santísima

Mis amados hijos, hoy de nuevo os invito al amor, a la gracia y a la paz.

Se acerca el Aniversario de Mis Apariciones y ahora debéis preparar vuestros corazones para Mi Fiesta, limpiándolo de todo pecado, perfumándolo con más oración, adornándolo con más amor. Y, sobre todo, iluminándolo con una Fe más viva, más ardiente, más inflamada por Mi Hijo Jesús y por Mí.

De este modo, Mi Fiesta será para todos vosotros el comienzo de un tiempo nuevo, un tiempo de mayor gracia, un tiempo de transformación, un tiempo de mayor unión con Dios, porque Él está a la puerta.

Mi Hijo volverá pronto y cuántos están aún hundidos hasta la cabeza en el fango del pecado. Oh, para éstos la Justicia de mi Hijo será terrible y por eso os envío a mis Ángeles, a mis Mensajeros, a mis Videntes para advertiros y preparar vuestros corazones para el inminente regreso de mi Hijo Jesús. Porque ese día, hijos míos, no habrá excusas para vosotros, ni oídos que escuchen vuestros gritos y vuestros gemidos, pues el momento de escuchar vuestros gemidos y vuestras súplicas es ahora. Ese día será demasiado tarde.

Por eso os digo que recéis ahora con muchas oraciones y lágrimas por vuestra salvación. Convertíos de verdad, porque no sabéis la hora en que vendrá el Señor.

Llevo tantos siglos dándoos mi advertencia y ¡no escucháis a los niños pequeños! Deseo de verdad que este año vuestra vida cambie a mejor. Así que reza más para abrir más tu corazón al Señor. Sin mucha oración el corazón no está abierto a la gracia de Dios.

La oración es una condición para recibir más ayuda de Dios, para amar más a Dios mismo. Por eso, reza más y se te concederá mayor gracia y así amarás mucho más al Señor.

¡Yo estoy con vosotros, hijitos, y no os abandonaré! En vuestras dificultades muy fácilmente perdéis la confianza en Mí, esto es un fallo de vuestro amor que aún no es fuerte.

Rezad para que vuestro amor sea más fuerte, para que vuestra confianza en Mí sea más fuerte, para que permanezcáis como Yo al pie de la Cruz, de pie sin perder la Fe, firmes e invictos en la Fe.

He venido a tantos lugares del mundo, pero los lugares de Mis apariciones están desiertos. Los hombres no se preocupan de nada, los lugares de diversión y placer están abarrotados y casi a reventar. Y mientras tanto, los lugares de mis apariciones están relegados al olvido, no hay nadie con el rosario en la mano rezando. Y cuando van, van sólo para profanarlos, para reírse y entretenerse con pasatiempos inútiles.

Reza, lo que he venido a buscar del Cielo a la Tierra son: oraciones y sacrificios. Rezad más Rosarios, cread más grupos de oración en vuestras ciudades, porque estos grupos de oración son la última esperanza de toda la humanidad.

Soy la Reina del Cielo y de la Tierra, soy la Madre de Jesucristo y Él concede todas las gracias que Mis devotos y Mis hijos Me piden a través de Mi Amor.

A través de Mí vence a los pecadores endurecidos, porque nada puede resistirse a Mi Amor, a Mi Dulzura, a la Ternura de Mi Madre.

Reza para que los corazones acepten Mi Amor, reciban Mi Amor.

Continúa con todas las oraciones que te he dado Aquí. Rezad por la Paz, vosotros sois los protectores de la Paz, vosotros sois los intercesores de la Paz del mundo. Rezad por ella en vuestros corazones, en vuestras familias, en toda la humanidad.

Difundid más Mi Mensaje de La Salette, dad a conocer la vida y el amor con que Me amó Mi hijita Bernardita de Lourdes. Haced que todas las familias se consagren a mi Corazón Inmaculado, como pedí en Bonate.

Rezad por la conversión de Rusia y de los pecadores como os pedí en Fátima.

A todos bendigo con gran amor Lourdes, Pellevioisin y Jacari».