sábado, 3 de enero de 2015

Primer Sábado del Mes

Mensaje de María Santísima y Santa Luzia

Mis queridos hijos, hoy vengo con mi hija Lucía a deciros: ¡Orad, orad!

La oración debe ser para vosotros alegría y vida. Rezad, porque sólo con la oración conoceréis el camino de santidad que se os abre. Y sólo con la oración tendrás la fuerza para seguirlo.

El mundo empeora cada día, el mundo va mal porque el número de personas que rezan hoy es muy pequeño. Y no hay nadie que se sacrifique por las almas hasta el punto de olvidarse de sí mismo y llevar Mis Mensajes a las almas formando grupos de oración y cenáculos en las familias de todas partes.

Por eso insisto en esto: Id, hijos Míos, llevad Mis Mensajes a Mis hijos, formad los grupos de oración que os he pedido, difundid Mi palabra, porque es la única manera de hacer que al menos un tercio de la humanidad se convierta y se salve.

Os quiero mucho y quiero llevaros este año a una gran santidad y daros muchas gracias. Abrid vuestros corazones y rezad mucho, porque sólo a través de la oración puedo comunicaros las luces y las gracias que el Espíritu Santo me da para daros.

¡Rezad, rezad! Grandes castigos caerán este año sobre la humanidad, porque continúa por el camino de su rebelión contra Dios. Elevad conmigo una gran oración al Señor para que el mundo se salve.

Rezad Mi Rosario, cuando rezáis el Santo Rosario todo el infierno tiembla, las almas que están en poder de Satanás son liberadas y una gran lluvia de gracia desciende sobre el mundo.

Rezad el Rosario, ésta es vuestra mayor y principal misión para Mí que se os ha dado. El Rosario es la oración que ha salvado a la humanidad a lo largo de los siglos y salvará al mundo en éste. Por tanto, rezadlo y difundidlo para que el mundo se salve y tenga Paz.

Estudiad más Mi vida, estudiad la vida de los Santos, meditad Mis Mensajes para que allí con la luz del Espíritu Santo os sea claro el camino que debéis seguir.

Os bendigo a todos con el amor de Fátima, Medjugorje y Jacarei».

(Santa Lucía): «Mis amados hermanos, yo, Lucía, Lucía de Siracusa, os bendigo hoy una vez más y os digo: ¡Paz, Paz, Paz!

Continuad por el camino de la Paz, rezad por la Paz, llevad la Paz a todos los corazones, a todos los confines del mundo.

Este año no debéis tomar nunca la Palabra de la Madre de Dios, Sus Mensajes a las almas. Pues de ello depende la salvación de un gran número de ellas, ya se os ha dicho aquí en el pasado que se os confía un gran número de almas, que sólo con vuestras oraciones, vuestro ejemplo y vuestra difusión de los Mensajes y de la Oración, podrán salvarse.

Id, pues, sin miedo, a llevarles la luz del Señor, porque esta luz hará grandes maravillas en vosotros y a través de vosotros por estas almas.

Yo, Lucía, estaré con vosotros este año siguiéndoos con mis gracias, con mis bendiciones, cubriéndoos con mi Manto de Amor. ¡Os amo a todos! Me sois todos queridos, preciosos y por nada de este mundo os dejaré, ni os abandonaré.

El enemigo os tienta, os persigue, si es cierta su condena o os abate. Pero Yo estoy contigo, ¡no te dejaré! No permitiré que os venza, a menos que vosotros mismos lo queráis y lo abandonéis. Pero si permanecéis firmes en la oración, constantes, perseverantes en la meditación de los Mensajes, en la devoción a Mí, en el rezo de Mi Rosario al menos una vez a la semana, os prometo que el enemigo no podrá sacudiros, no podrá venceros.

A todos bendigo ahora con amor Catania, Siracusa y Jacari».