martes, 28 de julio de 1998

Mensaje de Nuestra Señora

Hijos Míos, quisiera que todos ustedes, todavía esta semana, puedan ir a confesión, a hacer una confesión general de sus vidas. También quisiera que la Misa de hoy no sea una Misa cualquiera a la que asistan, sino una Misa especial. Que en el acto de contrición de la Misa, pidan perdón por todos sus pecados, perdón por toda su vida, y que prometan a DIOS que a partir de hoy, no pecarán más.

Que traten, Hijos Míos, de no pecar más. Ni contra la santidad, ni contra la oración, ni contra los Mandamientos, ni contra la pureza, ni contra la Fe. Que vivan, empezando esta noche, una nueva vida con DIOS.

Les pido, queridos hijos, que no aumenten las Llagas de mi Hijo, ni las Llagas de mi Corazón, con su pecado.

Que oren más, porque durante el día están distraídos por muchas cosas, y no oran lo suficiente. Oren, queridos hijos, para que yo pueda ayudarles! No pueden decir a otros que oren, y no pueden hablar de oración si no oran ustedes mismos!

Que ustedes, hijitos, sean una oración perfecta de alabanza a DIOS.

Les bendigo con AMOR, en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. (pausa) Estén en la Paz del Señor."