Queridos hijos, me alegro de vuestras oraciones, pero lloro cuando no oráis.
Hijos míos, ¡continuad orando siempre! Mi Hijo ha tenido misericordia de vosotros y ha quitado el 'mal', pero quiere que sigáis orando siempre más. El Rosario es el medio por el que el Señor desea ser alabado, y mi Corazón desea ser recordado por vosotros.
Hijos míos, ¡confiad! ¡Nadie dude de esta Obra Mía Sagrada! Mucha gente se ha acercado a Mí y a Jesús a través del Mensaje Serio que les di, pero... seguid orando, porque 'estos males' aún no han sido totalmente superados.
Permaneced en la oración, en Paz. (pausa) Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo."