Mis niños, hoy les muestro de nuevo Mis Lágrimas de Sangre. (Estaba llorando.) Corren dolorosamente de Mis Ojos. Se resisten a la conversión. No se deciden.
¡Hay tantos pecados en el mundo! Satanás desea destruir todo a su alrededor, y todo lo que pueda encontrar delante de él.
Ustedes critican, juzgan a los demás. ¡No juzguen, no condenen a sus hermanos! ¡Conviértanse!
Nunca, como en estos tiempos, he llorado tanto por ustedes. Si no se convierten, habrá un Gran Castigo para corregirlos. ¡Recen el Rosario, mucho!
Los bendigo".