Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz a tu corazón!

Hijo mío, nunca como ahora mi Divino Hijo es tan ultrajado y ofendido en el Sacramento de la Eucaristía. Mi Hijo es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Quien no se acerque a él y le reciba con fe, con amor y con espíritu de arrepentimiento y reparación, no tendrá la vida eterna. Sé fiel a sus santísimas enseñanzas, al depósito de la fe, manifestado hace mucho tiempo por la predicación de los Apóstoles, mediante la acción del Espíritu Santo. No hay otra verdad, ni otra fe, ni otro Dios, ni otras Iglesias, sino una sola que trae la Salvación, y ésa es la Iglesia Católica. Que las palabras de mi Madre sean acogidas por cada uno de mis hijos y permanezcan bien en el corazón de todos ellos.

Reza, reza, hija mía, porque el momento de los grandes acontecimientos se acerca más que nunca y muchos no están preparados, por eso lloro y sufro, por todos mis hijos que no han querido escucharme.

Te bendigo a ti y a toda la humanidad: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.