sábado, 30 de mayo de 2015

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz mis amados hijos, la paz de mi Hijo Jesús a todos vosotros!

Hijos míos, convertíos, convertíos, convertíos. La paz del mundo está amenazada y muchos de vosotros no ponéis en práctica mis súplicas ni me obedecéis.

Despertad... Dios os llama desde hace mucho tiempo, a través de mí. Es hora de despertar, de coger vuestros rosarios, de doblar las rodillas hasta el suelo y rezar.

La humanidad ha olvidado las Leyes de Dios y ya no las vive. Rezad, rezad mucho para que la misericordia siga venciendo a la justicia divina, pues descenderá sobre el mundo de una forma nunca vista que hará temblar al mundo entero y muchos lugares desaparecerán de la faz de la tierra.

Acepta mi llamada a la conversión e intercede cada día por la santificación de los sacerdotes. Cada sacerdote arruinado es una gran espada de dolor que atraviesa mi Corazón dolorido.

Suplica la misericordia de Dios para la humanidad. El mundo se ha vuelto sordo, ciego y mudo para Dios, porque sólo hace la voluntad del demonio, que a través de la televisión, la radio y los libros difunde su reino de tinieblas en muchos corazones.

Los jóvenes ya no son puros ni de Dios. Las parejas se están corrompiendo en una vida de infidelidad desenfrenada y placeres mundanos. Pero, el mayor dolor es ver que muchos sacerdotes se comportan como hijos del mundo y del pecado y no como Ministros de Dios y de la Iglesia.

Los sacerdotes que se dejan llevar por las seducciones del mundo caminan por la senda que conduce al infierno. Volved, volved a Dios. Él os llama a cada uno de vosotros a un cambio de vida.

Volved a vuestros hogares con la paz y la bendición de vuestra Madre Inmaculada para luchar contra todo mal dentro de vuestros hogares, expulsándolo y venciéndolo mediante la oración.

Rezad, rezad, rezad. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Durante la aparición, cuando la Virgen hablaba de los jóvenes y de los matrimonios, su fisonomía era triste, pero cuando hablaba de los sacerdotes, su hermoso rostro y su voz expresaban un gran dolor y una tristeza que me llegaron muy profundamente al corazón. Mostró cuánto sufre por ellos, por estos sacerdotes que se dejan llevar por las ideas del mundo, por sus engaños y seducciones. Muchos están perdiendo su posición de sacerdotes para evangelizar de una manera nueva, para llegar a un mayor número de almas, pero éste es el camino que utiliza el demonio para engañarlos, para hacer que ante los demás sean sólo simples hombres y no Ministros de Dios. Si continúan por este camino, Satanás los atrapará tarde o temprano, y la ruina de almas será mucho mayor que las que pensaban ganar para Dios de esta manera, y el daño será irreparable. Recemos, pues, intensificando cada vez más nuestras oraciones por ellos. Dios no anda con modas, vanidades y con nuevos caminos, Él es siempre el mismo.