miércoles, 11 de febrero de 2015

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Hoy la Virgen llegó con los brazos abiertos, con las manos hacia abajo. Llevaba un vestido y un velo blancos; tenía una hermosa faja azul alrededor de la cintura y rosas amarillas en los pies. Su aspecto era hermoso y, a su alrededor, la luz que irradiaba iluminaba el lugar donde nos encontrábamos. Bajó lentamente y su mirada amorosa, llena de paz, penetró en mi alma, como una luz tan fuerte que inundó todo mi ser de gran alegría. La Madre Amada dijo

¡La paz sea con vosotros!

Mis amados hijos, aquí está vuestra Madre Inmaculada que tanto os ama. Deseo conduciros al Corazón de mi Hijo Jesús, para que vuestras vidas se calienten y se llenen de su amor.

Hijos míos, mi Divino Hijo os ama inmensamente. ¿Qué habéis hecho para ser reconocidos por este amor puro y santo?

No flaqueéis en la fe y en la oración. Si queréis estar un día con Dios en el cielo, debéis empezar a luchar por vuestra salvación en la tierra.

Nada del mundo te llevará al cielo, así que no te apegues a nada, porque todo destruye y pasa. Os amo y pido con mi intercesión ante el Trono de Dios las bendiciones y gracias que os ayuden a ser buenos cristianos, fieles y obedientes a la voluntad del Señor.

Limpiad vuestros corazones, cuando sea necesario, con la confesión. Los corazones manchados en el pecado desagradan a mi Divino Hijo e hieren Su Corazón.

Rezad, rezad y rezad mucho, porque la oración os libra de muchos males y os conduce al cielo. Recibid mi bendición y mi paz: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.