sábado, 25 de febrero de 1995

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, apúrense. Ayúdenme a salvar las almas que están en peligro de ir al infierno, por causa de esta fiesta maldita que es el carnaval. Necesito su ayuda, hijitos, pero ustedes rezan muy poco. Pocas son las veces que rezan con el corazón.

Deben profundizar cada día más en la oración del Santo Rosario.

Hijos, estoy viniendo al mundo todos los días para llamarlos a la conversión y al arrepentimiento, porque si no se arrepienten sinceramente de sus pecados, no podré evitar los grandes sufrimientos, que pueden sobrevenir al mundo entero, especialmente aquí en Brasil, que les he revelado en secreto a este mi pequeño hijo, a quien sirvo como instrumento.

Hijos, conviértanse. Abran sus corazones al Señor, mi Divino y Amado Hijo Jesucristo. Oren, oren, oren! Necesito sus oraciones mucho, mucho, mucho. El mundo ofende al Señor tanto, y yo, su Madre, ya no sé qué decir para llamarlos a la conversión. De tantas maneras, me he manifestado por todo el mundo. Desde Lourdes , cuando aparecí a mi pequeña hija Bernadette, he venido incansablemente al mundo, para pedirles que hagan penitencia por la conversión de los pobres pecadores, pero no he sido escuchada. Entonces en tantos lugares me he manifestado:¹ Fátima, Montichiari, Ghiaie di Bonate, Ámsterdam, Banneaux, Fontanelle, Akita, Kibeho y muchos más en Medjugorje , donde por más de trece años me he revelado.

¿Por qué es esto, mis hijos? Para salvarlos del lodazal del pecado. Para prepararlos a recibir a mi Hijo Jesús, que ya está viniendo. Pero ¿por qué permanecen tan sordos a estos mis llamamientos maternales? ¿Por qué se niegan a escuchar todo lo que les digo? Yo, que soy la Madre de Dios, Pura y Sin Mancha, Concebida de mi Inmaculada Concepción sin pecado, les digo: no vivo sin Dios. Dios para mí es todo. Mi Hijo Jesús es mi vida, mi todo. Y ustedes, hijitos que son pecadores y que fácilmente caen en el pecado, piensan que pueden vivir totalmente sin Dios, que es su Todo. No, mis hijos! Nadie puede vivir sin Dios. Los que se alejan de mi Hijo Jesucristo, que es su Dios, estén seguros, están caminando hacia su eterna condenación.

Oren, pequeños, por las personas que no creen en Dios y que niegan Su Amor Paterno y Misericordia.

Hijitos, nunca dejen de amar a mi Hijo Jesús, porque Él los ama con un amor que es infinito. Jesús quiere mucho, mucho salvarlos de este mundo de pecado, pero ustedes primero deben decir su sí a Él, para que después, pueda actuar en sus vidas.

Hijitos, hoy Jesús les pide que sean muy perseverantes. No se entristezcan, cuando vean a muchos de mis amados hijos, personas de su propia conocida, traicionando a mi Hijo Jesús. Sepan que esto es porque están viviendo los momentos decisivos de la gran batalla entre Yo, la Mujer vestida de Sol, que lucha contra el dragón rojo, que es nuestro enemigo. Por eso muchos se están alejando de la verdadera fe, porque la apostasía ha entrado en el interior de la Iglesia. Y muchos de los que son débiles en la oración, se dejan engañar por Satanás. No cedan, hijitos! Oren el santísimo rosario y vencerán toda tentación de desaliento. Sean firmes en lo que creen. Yo, la Reina de la Paz y Señora del Santo Rosario, les digo que estoy a su lado para ayudarlos en todas las dificultades que encontrarán en su camino terrenal.

Tomo todas sus peticiones y las presento esta noche a mi Hijo Jesús, para que Él pueda responderlas y se digne derramar Sus gracias sobre cada uno de ustedes. Gracias, hijitos, por sus oraciones.

Queridos jóvenes, los amo y a todos los tengo dentro de mi Inmaculado Corazón.

Queridos jóvenes, necesito mucho su ayuda. Si quieren, y si la respuesta es sí, les digo: oren el rosario todos los días y amen a mi Hijo Jesús, y ya estarán haciendo grandes maravillas por mí. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

(¹) Fue la segunda vez que la Virgen mencionó este nombre: Ghiaie di Bonate, diciéndome que se había aparecido en este lugar. No sé qué quiere, pero este lugar debe ser conocido cada vez más, porque esta es la voluntad de Dios y de la Virgen.

Kibeho (1981 -1989) está en África, una localidad ubicada en la prefectura de Mubuga, a 30 kilómetros de Butare y a 35 kilómetros de Gikongoro en Ruanda. Hasta 1981 no había apariciones conocidas de la Virgen María en África. Kibeho inaugura las primeras apariciones públicas significativas y oficialmente reconocidas.

El sitio, donde comenzaron las apariciones marianas en 1981, no es solo un destino nacional, sino también internacional de peregrinación. Según el relato de los videntes, la Virgen se presentó en el idioma local como "Nyina wa Jambo", que significa "Madre de la Palabra", invitando a la conversión, la oración y el ayuno. En una ocasión, mostró imágenes impactantes: un río de sangre, personas matándose entre sí y cadáveres abandonados sin nadie que los enterrara. En los años siguientes, la terrible visión se relacionó con el genocidio que convulsionó a Ruanda entre 1994 y 1995; Kibeho fue una de las escenas más sangrientas de esa tragedia.

Las apariciones comenzaron el 28 de noviembre de 1981 y concluyeron el 28 de noviembre de 1989. "Ambas fechas se consideran una referencia histórica importante para todos aquellos que deseen conocer las apariciones de Kibeho con su mensaje", agrega la declaración firmada por el Padre Eugène Dushimurukundo, canciller de esta diócesis ruandesa.

La Iglesia Católica reconoció oficialmente estas apariciones el 29 de junio de 2001, después de años de estudio por dos comisiones - médica y teológica - que estableció el obispo local, la Congregación Missionaria de la Santa Sede recuerda: "Sí, la Virgen María apareció en Kibeho el día 28 de noviembre de 1981 y en el transcurso de los meses siguientes. Hay mejores razones para creer que para negar." Afirmó el obispo local.

Las apariciones a tres videntes fueron declaradas válidas: Alphonsine Mumureke, Nathalie Mukamazimpaka y Marie Claire Mukangango.