martes, 4 de agosto de 2015

Fiesta de San Juan Vianney

Mensaje de San Juan Vianney, Cura de Ars y Patrón de los Sacerdotes dado a la Vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, Usa

San Juan Vianney viene y se inclina hacia mí. Dice: «Alabado sea Jesús».

"Hoy vengo a hablar, una vez más, a todos los sacerdotes. Jesús considera en primer lugar sacerdotes al Santo Padre, a los Obispos y a los Cardenales. Él mira sus corazones y juzga el cumplimiento de sus vocaciones en cuanto a, ante todo, la santidad de su sacerdocio. Muchos le fallan, ¡tantos! Lamentablemente, los que están en el poder no quieren que estas decepciones se mencionen nunca o salgan a la luz; sin embargo, ¡son reales!"

"El sacerdote debe, ante todo, estar enamorado de la Verdad de la Fe. Debe comprometerse a poner los sacramentos a disposición de su rebaño. Debe darse cuenta de que es responsable de conducir a su rebaño a la salvación. Debe apoyar el dogma y la doctrina de la Iglesia. No debe llamar al Dogma y a la Doctrina por ningún otro nombre con la esperanza de minimizar su importancia. El sacerdote es el vínculo entre el Cielo y la Tierra para su rebaño. Debe despojarse del interés propio y vivir para los demás».

"No es un director social ni un director financiero. Estas cosas deben dejarse para otros».

"Lo que veo que falta hoy en las vocaciones sacerdotales es un interés genuino por el bienestar espiritual de cada uno de su rebaño. ¡Las vocaciones en las parroquias florecerían si esto cambiara! Tal como están las cosas, muchas vocaciones se pierden debido al mal ejemplo que dan los sacerdotes."

«Puedo venir aquí* y hablar, pero si aquellos a quienes me dirijo no escuchan y creen, la gracia de mis palabras se pierde para siempre».

Vuelve a inclinarse y se marcha.

Lee 1 Pedro 5:2-4+.

Sinopsis: Aliento a los pastores de la Iglesia (sacerdotes y obispos) para que cuiden de sus rebaños siguiendo el modelo del Pastor Principal (Jesucristo), con Amor y Misericordia Divinos, no enseñoreándose por obligación de obediencia o para beneficio propio.

Atended al rebaño de Dios que está a vuestro cargo, no por obligación, sino de buena gana, no por ganancia vergonzosa, sino con afán, no como dominadores sobre los que están a vuestro cargo, sino siendo ejemplos para el rebaño. Y cuando se manifieste el Pastor principal, obtendréis la inmarcesible corona de gloria.

* El lugar de la aparición en el Manantial y Santuario de Maranatha.