jueves, 16 de octubre de 2014

Jueves 16 De Octubre De 2014

Mensaje de Jesucristo dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, Usa

«Yo soy tu Jesús, nacido Encarnado».

"Hoy, cuando Yo lo digo, una enfermedad mucho más dañina está asolando a la humanidad que cualquier virus conocido hasta ahora. Es la enfermedad mortal y costosa de la apatía espiritual. Los síntomas son los siguientes: incapacidad para reconocer el bien frente al mal y, en sus últimas fases, incapacidad para preocuparse por la diferencia; incredulidad en uno o varios de ellos: Dios, el Cielo y el Infierno, el Purgatorio o Satanás; incapacidad para aspirar a la salvación; ausencia de oración en la vida cotidiana; falsa conciencia que no busca el pecado en su propia alma."

"Esta enfermedad, aunque alcanza proporciones epidémicas, no es reconocida por los gobiernos, ni por los medios de comunicación, ni siquiera se previene en las familias. Aquí, en esta Misión y lugar de apariciones [Manantial y Santuario Maranatha], ofrezco una vacuna Celestial contra esta apatía espiritual. Es el Amor Santo en el corazón. Un corazón impregnado de Amor Santo aleja la apatía espiritual y refuerza el sistema inmunitario de la recta razón, salvaguardando el alma del compromiso de la Verdad."

"Pero, mientras ofrezco la solución, la propia naturaleza de la enfermedad niega la necesidad de ayuda. El coste es grande: la condenación eterna. Mientras que una enfermedad física puede quitarte la vida, esta enfermedad espiritual puede quitarte el alma."

"Qué insensato es, pues, ignorar Mis Advertencias y Mi Solución. Las almas siguen contaminando con sus errores a quienes las rodean. No puedes comprar ni llevar ropa especial para protegerte de esta enfermedad. La protección que te doy es la fuerza del Amor Santo en tu corazón".

Lee Romanos 6:20-23

Esclavitud al pecado vs. Esclavitud a Dios

Cuando erais esclavos del pecado, erais libres con respecto a la justicia. Pero entonces, ¿qué retorno obteníais de las cosas de las que ahora os avergonzáis? El fin de esas cosas es la muerte. Pero ahora que habéis sido liberados del pecado y os habéis convertido en esclavos de Dios, el retorno que obtenéis es la santificación y su fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, pero el don gratuito de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.