miércoles, 20 de febrero de 2002

Miércoles, 20 de febrero de 2002

Mensaje de San Tomás de Aquino dado a la Visionaria Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE. UU.

San Tomás de Aquino viene. Se inclina hacia el Santísimo Sacramento, se vuelve hacia mí y dice, "Alabado sea Jesús. He venido a profundizar en el Reino del Amor Divino –el Cielo mismo– que el Señor ha comenzado a hablarte."

"En este Reino todos los sentidos que el cuerpo tenía en el mundo están al servicio del alma en el Cielo. Pero en el Reino del Amor Divino, los sentidos se purifican al igual que el alma se purifica. Ya no hay dolor –ni ningún tipo de impedimento. El alma ve el color en su forma más pura –colores que nunca supo que existían. Oye y ve y habla a la Santísima Trinidad, a los ángeles y a los santos. Puede mantener más de una conversación a la vez porque no hay restricciones de tiempo ni de espacio."

"El alma puede bilocalizarse, incluso estar en múltiples lugares en el Cielo al mismo tiempo. Todo el conocimiento se da a cada alma y es perfecto. Toda la verdad se conoce y se acepta. Lo que se consideraba frágil y vulnerable en la tierra es fuerte en el Cielo. Pero la mejor parte del Cielo, sin embargo, es que el amor es perfecto. Nada interfiere en tu amor por la Santísima Trinidad. Cada alma alaba y adora a Dios para siempre."

"Entonces, por supuesto, el alma tiene acceso ilimitado a la Santísima Madre de Dios. ¿Deseas su tierno abrazo? Se te da. ¿Quieres hablar en privado con Ella? Elige tu momento. ¿Te gustaría que Ella ore contigo en intercesión? Nunca te negará nada, como tampoco lo niega a nadie ahora. En el Cielo Ella te acompañará al trono de Su Hijo y colocará tus peticiones a Sus Pies."

"Esto es de lo que se trata el amor perfecto. Así de hermoso es la perfección. Este es el paraíso al que cada uno es llamado y para el que fue creado."