martes, 3 de febrero de 2015

Ven Santísima Trinidad, Sagrada Familia y San Miguel y todo el Cielo a proteger las palabras de Dios

Ven Espíritu Santo, martes por la mañana a las 3:00 am. Las voces de los ángeles me cantaban estas palabras:

«Agarraos al Padre, agarraos al Hijo, agarraos al Espíritu Santo donde comenzó la vida de Jesús.

Agarraos a la Madre, agarraos al Hijo, agarraos al Espíritu Santo donde comenzó la vida de Jesús.

Nuestro Dios es nuestro Padre, y Jesús es nuestro Hijo, y María es la Madre donde comenzó la vida de Jesús.

Todo esto cambió el mundo del mal al bien y abrió los Cielos para que todos pudieran salvarse de nuevo.

Venid a cantar al Padre, y a cantar al Hijo, y a alabar a la Madre que permitió que comenzara la vida de Jesús.

Y ahora es el momento en que todos mis hijos deben cantar, Todas las alabanzas al Padre y todas las alabanzas al Hijo, y todas las alabanzas a la Madre que permitió que comenzara la vida de Jesús.

Cantemos todos ahora, Todas las alabanzas al Padre, y todas las alabanzas al Hijo, y todas las alabanzas a la Madre que permitió que comenzara la vida de Jesús.

Cantemos todos con los ángeles y cantemos con los santos, y cantemos con todo el Cielo que vive en la gracia de Jesús.

Los Cielos están ahora abiertos y nosotros estamos ahora en gracia de Jesús.

Toda alabanza al Padre, toda alabanza al Hijo y toda alabanza a la Madre que permitió que comenzara la vida de Jesús.

Ahora es el tiempo en que todo el Cielo viene a la tierra y ahora estamos en este tiempo Cuando todo el Cielo viene a la tierra.

Cantemos todos al Padre y cantemos al Hijo y cantemos al Espíritu Santo que trajo a Nuestro Señor a la tierra.

Demos todos gracias a la Madre y demos todos gracias al Hijo Que trajo de nuevo al Padre a nuestra tierra.

Alabemos todos al Padre, alabemos todos al Hijo, alabemos todos a la Madre que salvó de nuevo Nuestra tierra.

Lo cogieron todo y lo convirtieron todo en bien.

Alabemos todos al Padre, alabemos todos al Hijo, alabemos todos al Espíritu Santo que permitió que todo empezara.

Alabemos también a la Madre que permitió que todo empezara.

Ahora es el momento, ahora es el día, de poner en orden tu vida y girar hacia el otro lado.

Porque pronto la Tierra será el Cielo y todo el mal será desechado.

Toda alabanza al Padre, toda alabanza al Hijo y toda alabanza al Espíritu Santo porque ahora comienza el Cielo.

Toda alabanza al Padre y toda alabanza al Hijo y toda alabanza al Espíritu Santo para que comience una nueva vida.

Abrieron los Cielos y abrieron nuestras almas e hicieron posible que el Cielo volviera a entrar en nuestras almas.

Abrieron los Cielos y abrieron las almas para que ningún hombre pudiera volver a quejarse de la gracia de nuestro Salvador».

Todo esto me lo cantaron una y otra vez en algún momento después de medianoche, hasta que miré el reloj y eran las 2:59 de la madrugada. Entonces Dios me pidió que me levantara y escribiera. El canto continuó hasta que me levanté de la cama y empecé a escribir. Fue tan sobrecogedor para mí. (Nota: también era muy difícil escribir, ya que los ángeles cantaban la canción una y otra vez).

«Hijo mío, así es como todos los ángeles y santos siguen alabando a su Dios y Hacedor y a todo el Cielo con nuevos versos una y otra vez que son muy hermosos mientras te cantaban a ti, hijo mío y amante de todos mis hijos. Este es Dios Padre, a las 3:55 de la madrugada.