miércoles, 10 de marzo de 2010

Reza por Tus Ancestros y Difuntos

¡Urgente llamado a la Humanidad!

Hijos míos, mi paz esté con ustedes.

Las almas de sus familiares y ancestros difuntos, necesitan sus oraciones; muchas almas están sufriendo en el Purgatorio porque no hay nadie que rece por ellas. Enteras generaciones han pasado sin que nadie recuerde orar por ellas; estas pobres almas necesitan oraciones, ayuno y obras de caridad de ustedes aquí, para que puedan ser liberadas. Recuerden, hijos míos, que Yo, su Padre Celestial, hago todo dependiendo de sus oraciones y súplicas, pues respeto mucho su libre albedrío. La sanación de su árbol genealógico depende de sus oraciones, ayuno, obras de caridad y súplicas a favor de las almas. Todas las bendiciones que tengo para ustedes y sus herencias se ven interrumpidas por la falta de oración intergeneracional. Recuerden: un buen árbol da buenos frutos; pero un árbol malo da frutos malos; por lo tanto, deben orar por su árbol genealógico paterno y materno, para que todos los lazos y maldiciones en las generaciones sean cortados de raíz, para que ustedes y sus herencias vivan en bendición.

Entréguenme en mi sacrificio diario, en el momento de La Consagración, sus familiares y ancestros difuntos, y Yo, su Padre, cortaré todos los lazos negativos entre ellos y ustedes. Todas las enfermedades, impurezas sexuales, envidia oculta, resentimientos y pobreza espiritual y material tienen sus raíces en su árbol genealógico. Si oran por sus ancestros difuntos, no solo ustedes y sus descendientes serán liberados, sino también ellos serán liberados. Oren por sus bisabuelos y abuelos maternos y paternos, para que las cadenas intergeneracionales se rompan y puedan ser libres y bendecidos.

Dejen de arrastrar cadenas y cargar con los pesos de los ancestros; dejen de sufrir, entréguenme su árbol genealógico paterno y materno, oren, ayunen y hagan obras de caridad por su liberación y verán grandes cambios en las generaciones. Recuerden: "Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia". No me complazco al verlos sufrir; por lo tanto, rompan las cadenas que los atan intergeneracionalmente, para que puedan ser fruto agradable a los ojos de su Padre Celestial. Que mi paz los acompañe y la luz de mi Espíritu los guíe. Soy su Padre Jesús en el Sacramento.