En Mi Santo Nombre, te bendigo y te libero de la muerte.
Estarás en Mis santas Manos y estarás en Mis alturas más sublimes; manifestaré todas Mis palabras en ti y te daré Mi conocimiento, ¡Yo Soy! Nadie puede decir Yo Soy, porque nadie ha sido siempre. Yo soy el Principio y el Fin, todo está en Mí.
¡Cuánto dolor me causan aquellos que están lejos de Mí, ya heridas Mis llagas con amor por vosotros! Di Mi propio Cuerpo para vuestra Salvación, Mi sacrificio total por vosotros... ¡nunca jamás caeréis en poder de mi enemigo infernal porque yo debo cumplir el Plan que el Padre me ha dado!
A pesar de todas las adversidades que surgirán, seremos victoriosos y la victoria será en el Cielo y en la Tierra.
Mi Luz estará sobre el mundo, y finalmente el mundo tendrá paz e inmensa alegría.
Mis amados hijos, todos vosotros que mostráis vuestro amor por Mí, poneos a disposición de Mi llamada y siempre sed humildes como os ha enseñado vuestro Padre.
A Mis pobres hijos, aquellos que aún no pueden ver, les pido: Abrid vuestros corazones y abrid vuestros ojos. Os envío señales, pero ¿cómo podréis reconocerlas si mantenéis los corazones endurecidos y los ojos cerrados?
Por lo tanto os digo a vosotros, Mis hijos, para la misión que pondré en vuestras manos: siempre estad preparados para Mi palabra y nunca estaréis lejos de Mi Corazón. Yo veo, yo proveo, yo puedo, ¡Yo Soy! ...nadie es como Yo, más allá de Mí solo hay muerte eterna.
Os bendigo en santidad y amor, Jesús el Salvador.
Fuente: ➥ ColleDelBuonPastore.eu