Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania

 

miércoles, 13 de mayo de 2015

Primera aparición de Nuestra Señora en Fátima 1917.

Nuestra Señora habla en el Día de la Mística de Fátima y Rosa después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V en la capilla de la Casa de la Gloria en Mellatz a través de su instrumento e hija Ana.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén. También hoy el altar de María estaba brillantemente iluminado. Las rosas rojas y blancas se adornaron de nuevo con perlas blancas y diamantes brillantes. El altar del Sacrificio estuvo bañado de luz dorada durante la Santa Misa del Sacrificio.

Nuestra Señora también hablará hoy: Yo, vuestra queridísima Madre, hablo ahora y en este momento a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, que está completamente en la voluntad del Padre Celestial y hoy sólo repite Mis palabras.

Mis amados hijos de María, Mi amado pequeño rebaño y seguidores y vosotros, Mis peregrinos, de cerca y de lejos, de Heroldsbach y Wigratzbad, estáis hoy encerrados en este círculo de oración, expiación y sacrificio.

Mis amados hijos, todo está pensado por el Padre Celestial en Su plan todopoderoso y sabio. Yo, vuestra queridísima madre, puedo guiaros, dirigiros y formaros. Sois mis hijos amados y vais conmigo en mi camino más duro, que también tuve que recorrer bajo la cruz. También vosotros lleváis vuestra cruz voluntariamente y en obediencia. Vuestro Padre Celestial os da las gracias por ello.

Hoy ha sido un día especial. Es el 13 de mayo, Día de Fátima, en el que yo, vuestra queridísima Madre, os amo especialmente. Habéis cumplido la voluntad del Padre Celestial. Os precedieron tres días de súplica, en los que el Padre Celestial os dijo que en este lugar de peregrinación Wigratzbad, especialmente en estos días de súplica, pidierais por la misión de Wigratzbad y así lo hicisteis, Mis queridos hijos de María. Habéis cumplido la voluntad del Padre Celestial. No podíais hacer más.

Yo, vuestra queridísima madre, os he informado de que entraréis en la boca del lobo, como el Padre Celestial quería. No has dicho que no al Padre Celestial. Has entrado en esta cueva del león, - voluntariamente y en obediencia. No habéis preguntado: «¿Por qué tenemos que volver allí si es la guarida del león? En nuestro pequeño pueblo de Mellatz estamos en casa y allí no nos puede pasar nada». Y, sin embargo, el Padre Celestial quiso que se cumpliera su deseo.

No sabíais lo que se avecinaba. Han llamado a la policía porque el odio del líder en este lugar es muy grande. Sí, digo deliberadamente «odio». Me odia como a la madre que os dio la misión de Wigratzbad, Mi amado pequeño rebaño. Ha pasado a vosotros porque allí en Wigratzbad no se cumplió esta misión. La policía no podía hacer nada contra vosotros. Podía pediros que abandonarais este lugar. Pero vosotros, mis amados, habéis luchado. Habéis luchado por mí, y sois los vencedores, aunque penséis que no podríais reconocer la victoria. La victoria siempre es segura para vosotros si lucháis por el Cielo. Lo que hay detrás y cómo lo juzgará finalmente el Padre Celestial, no lo comprenderéis. Sois hijos del padre y seguís voluntariamente su camino. Y yo puedo guiaros.

¿Adónde os guío? Al Padre Celestial. Allí estáis a salvo y seguros. Allí cumplís su voluntad. Y todo lo que ocurre aquí y también en Wigratzbad se ha cumplido según la voluntad del Padre Celestial. Estáis bajo la plena protección del Cielo. Has actuado bien con toda probabilidad y has respondido bien. ¿Ha salido esto de vosotros, Mis amados hijos? No. El Padre Celestial obró en vosotros. Mi Hijo Jesucristo, Mi pequeño amado, obró en vosotros. Me suplicasteis allí en la cripta, que me mostrara como una madre y dejara que algo ocurriera aquí. Me miraste y viste lágrimas en Mis ojos. Sí, Mi pequeña amada, he llorado por este Mi lugar de peregrinación Wigratzbad. Pero continuarás la misión. Aún no puedes ver cómo la dirigirá el Padre Celestial. Pero muy pronto te quedará claro lo que Él quería conseguir realmente con esto.

Durante estos tres días habéis rezado para que muchos sacerdotes se arrepientan y para que aparezca el sacerdocio y la Nueva Iglesia. Todo sucederá. Lo que habéis pedido en estos días se hará realidad. Y, por tanto, dad gracias al Padre Celestial por adelantado, porque todo sucederá según Su plan y Sus deseos. Sois Sus hijos y obedecéis.

La policía y también este diácono se asombraron de vosotros, Mis amados hijos de María, de lo que no podíais ver. No podéis mirar en el corazón de los hombres, pero Yo, como Madre, conozco esos corazones y quiero salvarlos. Han hecho el mal y no saben cómo continuará y debe continuar. No lleváis los miedos con vosotros, amados míos. Habéis progresado con fuerza y valentía porque tenéis la protección del cielo y la seguridad de que siempre estáis en la voluntad del Padre.

Yo, vuestra Madre, os amo especialmente en este día y os pediré todo lo que deseéis del Padre Celestial. Te tomo en Mis brazos y me alegro contigo para que recuerdes este día con gratitud.

Sed amados, bendecidos y protegidos, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, vuestra queridísima Madre. Amén.

Orígenes:

➥ anne-botschaften.de

➥ AnneBotschaften.JimdoSite.com

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