Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania

 

domingo, 24 de noviembre de 2013

Último domingo después de Pentecostés.

El Padre Celestial habla después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V en la capilla de la casa de Mellatz a través de Su instrumento e hija Ana.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén. Hoy hemos celebrado el último domingo después de Pentecostés. Los ángeles fueron atraídos en gran número a la capilla de esta casa y adoraron al Santísimo Sacramento. La Santísima Madre estaba brillantemente iluminada, así como todo el altar del sacrificio. El Niño Jesús y la Santísima Madre nos bendijeron durante la Santa Misa del Sacrificio. Todas las figuras estaban brillantemente iluminadas. Los corazones ardientes del amor de Jesús y de la Santísima Madre estaban íntimamente fundidos.

El Padre Celestial hablará hoy: Yo, el Padre Celestial, hablo ahora y en este momento a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, que está enteramente en Mi Voluntad y habla sólo palabras que vienen de Mí.

Yo, Mi amado pequeño rebaño, quisiera enviar por adelantado que todo el Cielo agradezca la estatua de la Misericordia que fue colocada sobre el Vía Crucis en la capilla de la casa y también agradezca por adelantado a los cuatro evangelistas que vendrán a continuación.

Mis amados hijos de los sacerdotes, Mi amada pequeña banda, Mis amados creyentes de cerca y de lejos y Mis amados hijos, Yo, el Padre Celestial, me dirijo hoy especialmente a Mis hijos de los sacerdotes que yacen en el engaño y les pregunto ¿Dónde está vuestro conocimiento? ¿Es vuestra ciencia lo más importante, o es Jesucristo, vuestro Salvador, el centro de vuestra vida, o está lejos de vosotros de modo que no podéis adorarle y venerar el Santísimo Sacramento del Altar?

Mis amados hijos sacerdotes, aún estáis en la fe errónea, en el modernismo y no os atrevéis a acercaros al altar del sacrificio, aunque tantas veces os he invitado a celebrar el sacrificio de Mi Hijo Jesucristo. Sólo este banquete sacrificial en el rito tridentino según Pío V está en la verdad plena. Os he llamado la atención sobre vuestras faltas, sobre los sacrilegios y Mi pequeño ha expiado tantas veces por vosotros. Ahora puedo deciros que el gran acontecimiento está a la vuelta de la esquina. ¿No es triste para vosotros, Mis amados hijos sacerdotes, que tenga que amonestaros una y otra vez para que sigáis sin celebrar este Santo Sacrificio de la Misa, que una vez prometisteis celebrar, en este altar del sacrificio? Los creyentes quieren leer santidad en vosotros y no pueden. Les anuncias la fe errónea y la vives.

¿Y qué hay de la segunda venida de Mi Hijo Jesucristo y de la venida de Mi Madre, la Madre de Mi Hijo y la Madre del Espíritu Santo? "¿Aparecerán? ¿Es esto realmente la verdad o es un engaño?". Entonces os preguntáis. No, es toda la verdad. Buscad en el Evangelio. Allí se os explicará detalladamente. Y, sin embargo, no creéis y seguís celebrando la comida en común y os engañáis. Nada puede separaros de esta comunión de la comida, aunque sepáis que el protestantismo y el ecumenismo se han metido en ella y lo han confundido todo, creando un terrible caos en la Iglesia actual. Todo está destruido. No queda nada, sólo polvo. Y ahora Mi Hijo Jesucristo quiere construir la Nueva Iglesia aquí, en la Casa de la Gloria. ¿Puede ser esto verdad? ¿No la ha fundado ya? ¿No quiere atraer hacia Sí a Sus hijos sacerdotes e invitarlos a la Santa Fiesta del Sacrificio en la Nueva Iglesia?

¿Qué dice este hijo elegido del sacerdote, este Mi Padre A.? Un claro no me dijo. Y sin embargo le amo y espero su aprobación para celebrar esta Santa Fiesta del Sacrificio en este altar del sacrificio en Mellatz y anunciar la Nueva Iglesia con el Nuevo Sacerdocio. ¿Es esto mucho pedirte, Mi amado hijo sacerdotal? Cómo te he anhelado aquí, en este lugar. Está destinado a ti porque eres mi elegido. Aún estás en la misión. ¿Es realmente Mi voluntad lo que haces y realizas o quiero ordenarte que estés en este lugar? Sí, ésta es la verdad, la realidad, la realidad. Nada debe separarte de Mi plan y de Mi deseo.

Mi pequeño rebaño ha llorado por ti. La tristeza ha entrado en sus corazones y qué triste es sólo Mi Hijo Jesucristo. Sufre de nuevo en Mi pequeño por ti, Mi hijo sacerdotal elegido. ¿Puedes responder por ello? Sé de tu gran responsabilidad en tu hermandad como Supremo y, sin embargo, Mi plan puede ser diferente del tuyo. Puedo intervenir en tu vida y en tu sacerdocio. Podrás cambiarlo todo cuando tu voluntad me diga un claro sí. ¿Cumplirás ahora Mi plan o seguirás tus deseos? Piénsalo detenidamente. Puedo designar a otros mil para ti, pues soy el Dios Trinitario, Omnisciente y Todopoderoso. Te llamo al plan como el elegido. Aquí es donde tiene lugar la Nueva Iglesia. Aquí, en Mi Casa de Gloria, se ha instalado la Santidad. Aquí empezó todo según Mi plan. No era Mi pequeño grupo de tres el que quería esta casa, sino que Yo se la regalé. Con sabia previsión lo he ordenado todo aquí, en este lugar de santidad. Ahora la santidad se ha trasladado a Mi comunidad de cuatro, y a partir de ahora deseo que el sacerdocio vuelva a realizarse aquí.

Sí, amados Míos, el acontecimiento llegará. Pronto caerá la oscuridad. Los signos del sol, la luna y las estrellas serán visibles. Las estrellas caerán del cielo. Con truenos y relámpagos todo se iniciará. La gente se dispersará en todas direcciones. No sabrán adónde ir porque no han cumplido mi deseo y voluntad. Yo vigilo a los que Me han creído y Me veneran en la Trinidad y Me adoran. Lo habéis hecho y habéis cumplido completamente mi deseo y mi plan desde el principio de vuestra conversión. Por ello os doy las gracias de todo corazón, de lo contrario no habría podido construir esta Casa de Gloria, porque estabais destinados a esta Casa, porque podíais hacer el trabajo, porque teníais el Poder Divino que solicitasteis a través de mi Madre Celestial. Ella os ha formado en Sus hijos de María y os ha enviado a menudo a todos Sus ángeles para que tuvierais el conocimiento para cumplir la voluntad del Padre y Su Poder Divino pudiera venir sobre vosotros y desbordaros con Su Preciosa Sangre. Da gracias a la Trinidad por haberte llamado y por poder seguir esta vocación.

Te amo con todo mi corazón que sufres con Mi Hijo Jesucristo. Continúa siguiendo mi plan, deseo y voluntad, pero no te será fácil porque vas por el camino más difícil. No os he prometido alegría en vuestros corazones, sino que paséis por la cruz para la salvación, para la salvación de la vida eterna. Debéis prepararos para la gloria eterna, que una vez se os permita ver. Y por eso no podréis experimentarla en la tierra. No os quejéis de ello. No, os alegraréis de que seguiréis sirviendo a vuestro Señor Jesucristo en la Trinidad, de que seguiréis Su camino de la cruz y cargaréis con todo lo que los hombres os inflijan en maldad y persecución.

Os amo y os protegeré con todos los santos, especialmente con vuestra queridísima madre y con todos los ángeles. Así os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Alabado y bendito sea Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar sin fin. Amén.

Orígenes:

➥ anne-botschaften.de

➥ AnneBotschaften.JimdoSite.com

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