lunes, 3 de abril de 2006

Yo, Jesucristo, estoy sufriendo. Mi madre llora lágrimas de sangre en muchas estatuas, en muchos lugares. Aparece en muchos lugares de gracia hoy, y la gente, a pesar de todo, no puede y no quiere creer. Por lo tanto, expíen, Mis hijos, y oren, porque no en vano los he llamado y los he llamado aquí. Ustedes son y quieren ser mi pequeño rebaño que permanece del gran rebaño que vaga abandonado.

Apúrense a los lugares de gracia de Mi madre, allí ella está presente. Allí ella los llama. Los alegra cuando están allí y cuando aceptan estar allí con gran responsabilidad por la humanidad. Les digo, oren por la conversión de muchos pecadores, por la conversión de muchos sacerdotes que también están en pecado grave y no pueden arrepentirse porque han cometido graves sacrilegios. Oren por ello, porque el tiempo que les queda es corto.

Apareceré con gran poder y gloria y todos Me verán. Pero primero estableceré muchas señales, señales también de Mi madre que experimentarán. Estén listos, estén disponibles y vivan el amor y dejen entrar mucho amor en su corazón.

Se convertirán en el templo de Dios si dejan que el amor fluya. Dejaré que este amor fluya en sus corazones a través del amor del Espíritu Santo, porque Yo soy la Novia del Espíritu Santo. Sentirán este calor. Sus corazones se llenarán de gran amor y no podrán hacer otra cosa que Mis verdades, que se han convertido y permanecen verdad solo en la Iglesia Santa, Católica y Apostólica, proclamen estas verdades al mundo. Su corazón se llenará de este amor y su boca rebosará.

No aflojen en la oración durante este tiempo. Estén preparados para orar mucho por estos pobres pecadores, para que el gran juicio sobre el mundo no llegue. Porque depende de ustedes, mis elegidos, cuán grande será este juicio o si puede ser contenido si estos elegidos expían y oran lo suficiente.

Estén listos, Mis hijos, su Madre Celestial los llama una y otra vez a proclamar las verdades y no guardar silencio cuando se trata de la verdad de Dios. Los amo, Mis hijos, los amo sin límites y los guiaré al Padre, a Mi Hijo, al Espíritu Santo.