sábado, 20 de septiembre de 2014

¡Que todo se haga en el amor!

- Mensaje nº 693 -

Hija mía. Mi querida hija. Di hoy a los hijos de la tierra lo siguiente: Debéis ser fuertes y perseverar, pues los días del fin serán difíciles. Aún se necesita mucha expiación para mitigar las penas del pecado y llegar a muchas almas perdidas. Así, ellas también podrán encontrar todavía el camino hacia Mi Hijo y entrar junto con vosotros, el ejército remanente, y Jesús, Mi Hijo, en el Nuevo Reino que pronto abrirá sus puertas.

Hijos Míos. ¡Resistid! Para muchos de vosotros es duro soportar el sufrimiento, la enfermedad, la expiación, ¡pero volveos siempre hacia Mi Hijo, porque Él os soporta, os ayuda, está con vosotros!

Volveos a Él, para que nunca estéis solos, y llevadlo todo con amor y con alegría, ¡porque salváis almas tras almas con vuestra devoción y aceptación, así como con vuestra oración, que es fuerte y poderosa, especialmente (también) en la lucha contra el mal!

Hijos míos. Llevad amor en vuestros corazones los unos por los otros y disfrutad de los bellos e íntimos momentos que se os regalan una y otra vez. Llevad alegría en vosotros mismos y los unos por los otros y no os resintáis por las tareas difíciles que os encomendamos -a los elegidos entre vosotros-.

Creed y confiad y aprended a estar siempre completamente con Mi Hijo. Las nieblas se espesan y la pesadez recorre vuestro mundo. Muchos de vosotros lo sentís, y es importante que todos estéis siempre cerca de Jesús. En vuestro corazón siempre Le «encontraréis», ¡incluso en la densidad más densa, en los días más oscuros y en las tinieblas más profundas!

No permitas que la pesadez y la densidad que orquesta el demonio ataquen tu luz, tu alegría, tu confianza y tu fe.

Permanece completamente con Mi Hijo y reza. Acepta y ofrece y que todo se haga en amor. Amén.

Con el más profundo amor, tu Madre del Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la salvación. Amén.