miércoles, 21 de agosto de 2013

Dios Padre no defrauda, porque Él es el amor mismo.

- Mensaje nº 239 -

Hija mía. Mi querido hijo. Buenos días. Que tengáis un buen día y disfrutéis de estar juntos. Pocos son los momentos en la actualidad en los que podéis estar todos juntos, por tanto disfrutadlos especialmente hoy y siempre que se os presenten.

Hijos míos. Es importante que seáis felices. Quien es feliz también está contento, y de este contento vive el amor. Una persona que es infeliz, que no está contenta consigo misma ni con el mundo, es propensa a los pensamientos oscuros y a los susurros malignos del demonio. Por tanto, estate contento sea cual sea la situación en la que te encuentres, por donde te envíe «la vida» y te ocurra lo que te ocurra, porque en cuanto pierdes el contento, te quedas sin amor, y si no sientes amor, no puedes transmitirlo.

Es un flujo eterno, el del amor, porque el amor te lo da Dios Padre, tu Señor y Maestro, pero como tantos se han alejado de ti, ahora buscas el amor en otras personas, y ahí te decepcionas una y otra vez.

Dios Padre no defrauda, porque Él es el amor mismo. Él llena vuestros corazones, y es Su amor el que os hace felices, el que os da satisfacción, el que os permite vivir el amor, porque quien confía en Dios Padre nunca está solo, siempre está protegido y, sobre todo, ¡es amado!

Una persona no puede vivir sin este amor. Su alma se encoge como una flor marchita y muere. Por eso es de tan extraordinaria importancia que encuentres el camino de vuelta a tu Santo Padre, porque de lo contrario siempre buscarás el amor fuera de ti y nunca te darás cuenta de que Dios, Nuestro Padre, lo ha puesto dentro de ti.

Permaneceréis siempre en la búsqueda y os perderéis una y otra vez y -en la mayoría de los casos- cada vez más en lo externo, porque será el reconocimiento lo que os hará felices -pero sólo mientras os lo dé vuestro entorno- y cada vez más os «perderéis» y pisaréis cada vez más trampas del demonio, porque os habéis alejado de Dios, vuestro Señor y Creador, y el diablo se aprovecha de ello y pone sobre vosotros sus nieblas como velos, nieblas de confusión y aberración, y cada vez os resultará más difícil a vosotros, hijos de Dios, encontrar realmente el camino hacia Dios Padre y Su Santo Hijo, porque el grado de vuestra «caída» en las trampas del diablo será cada vez mayor, igual que el alejamiento de vuestro Padre que tanto os ama.

Ten la certeza de que Él te ama de verdad y hace todo lo posible para que te liberes de los velos de confusión que el demonio pone sobre ti. Es sólo tu libre albedrío lo que te separa de Dios Padre, porque en cuanto le des tu Sí a Él, a Su Hijo, Él vendrá e intervendrá y te liberará, y tu vida aquí y en la eternidad será plena y feliz.

¿A qué esperáis, Mi rebaño de hijos tan amados por Mí? ¡Confesaos! ¡Decid que sí! Y todo será bueno para vosotros. Que así sea.

Vuestra Madre del Cielo que tanto os ama. Madre de todos los hijos de Dios.

"¡Escucha la palabra de Mi Santísima Madre, porque Ella dice la verdad de Dios, y Su palabra es Santa!

Tu Jesús. Así sea. Amén".