miércoles, 15 de diciembre de 2010

Miércoles, 15 de diciembre de 2010

Miércoles, 15 de diciembre de 2010:

Jesús dijo: “Mi gente, cuando los discípulos de San Juan el Bautista me preguntaban si yo era el Mesías, di testimonio de él sobre la curación de los ciegos, los sordos, los cojos, e incluso de los muertos resucitados. Estas fueron las profecías dadas sobre cuándo vendría el Redentor, para que San Juan reconociera estas señales. Incluso en el mundo de hoy todavía están viendo conversiones a la fe, y algunas curaciones se ven, así como algunos exorcismos. Mis dones se comparten con aquellos que creen, y con aquellos a quienes he dado misiones especiales. Estos milagros son señales para los incrédulos y confirmaciones para aquellos que Me sirven. La mayoría de las curaciones del cuerpo se combinan con curaciones del alma. Muchos son curados que creen que Yo puedo curarlos. La curación más importante está en salvar almas del infierno. Por eso Mis evangelizadores están haciendo el mejor servicio a la gente que se puede hacer por ellos. Cree en Mis Buenas Noticias, y tendrás descanso y paz en tu alma.”

Jesús dijo: “Mi gente, sus nevadas por las tormentas del efecto del lago ya han sido fuertes, y continuarán durante algún tiempo durante su estación invernal. Una cosa es lidiar con las tormentas de nieve, pero también pueden tener que lidiar con otra temporada de gripe. Sus virus de la gripe estacional tienden a propagarse cuando el clima es frío. Durante el verano estos virus mueren antes de que puedan infectar a alguien. Les he advertido que la gente de un solo mundo usará virus pandémicos para reducir la población. Dado que estos virus sobreviven mejor en el frío, entonces lo más probable es que propaguen tales virus en el invierno utilizando quimiotrails. Les advertiré cuando sea el momento adecuado para ir a Mis refugios. Si vienen a Mis refugios lo suficientemente pronto, serán curados de todas las enfermedades al mirar Mi cruz luminosa o al beber el agua de manantial. Al estar en Mis refugios, los malvados no podrán capturarlos ni podrán poner microchips en su cuerpo. Regocíjense de que los protegeré y les alimentaré con lo que necesitan para sobrevivir. Mis ángeles también los alimentarán con Mi Eucaristía diaria, y con sacerdotes presentes, podrían tener Confesión de sus pecados. Estaré curando su cuerpo y su alma tal como curé todo el cuerpo cuando estaba entre Mi gente.”