domingo, 16 de agosto de 2009

Domingo, 16 de agosto de 2009

Jesús dijo: “Mi gente, este Evangelio es muy difícil de creer para algunos, que el pan y el vino puedan convertirse en Mi Cuerpo y Sangre en cada Misa. Se necesita una fe profunda en la verdad de Mis mismas palabras cuando afirmé ‘Este es Mi Cuerpo’ y ‘Esta es Mi Sangre’. Aquellos que sí creen en Mi Presencia Real, Me buscan en Mi tabernáculo para visitas y en la Misa diaria por su pan de cada día. Algunos de Mis discípulos Me dejaron porque pensaron que les estaba pidiendo que comieran Mi carne física. En cada Misa con las palabras del sacerdote en la Consagración hay una transubstanciación o un cambio del pan y el vino en Mi mismísimo Cuerpo y Sangre. Esta visión de venas de sangre en Mi Hostia es para mostrar que Mi Eucaristía está viva y viviente. Este es otro ejemplo de que Yo soy el Dios de los Vivientes. Morí para salvarlos a todos de sus pecados, y este sacrificio se replica de manera incruenta en cada Misa. Para aquellos que tienen dificultad en creer Mi Presencia Real, se les han dado muchos Milagros de Mi Eucaristía cuando aparecen manchas de sangre en la Hostia. Muchos de estos milagros fueron realizados incluso para sacerdotes que no creían del todo. Confíen en Mis palabras y vean que les he dejado el mayor regalo de Mí mismo en cada Hostia consagrada.”