miércoles, 9 de julio de 2008

Miércoles, 9 de julio de 2008

(San Agustín & mártires chinos)

Jesús dijo: “Mi gente, esta es otra visión de los jinetes del Apocalipsis, con énfasis en el caballo rojo de la guerra y una imagen de incendios causados por sequías severas y vientos. Han estado viendo ejercicios de aviones de guerra por parte de Israel y ahora ejercicios de misiles por parte de Irán. Las naciones alrededor de Irán están preocupadas de que estén enriqueciendo uranio para fabricar bombas. Irán está amenazando con atacar los barcos y bases de América si Irán es atacado. Irán podría amenazar con detener el 40% del petróleo del mundo que proviene del Golfo Pérsico. He solicitado muchas oraciones por la paz en esta área para que se pueda prevenir la guerra. Es esta combinación de desastres naturales y guerras lo que podría traer muchas muertes por pestilencia y hambruna. Esta parte del Libro del Apocalipsis está prediciendo mucha muerte y destrucción que está llegando pronto. El hombre necesita cambiar sus malos caminos y arrepentirse de sus pecados si quiere mitigar alguno de estos eventos.”

Jesús dijo: “Mi gente, no dejen que el diablo los tiente con dinero, fama, orgullo o placer para que pueda controlar su alma. Algunos incluso hacen pactos con el diablo por fama, riqueza o poder, pero al final deben pagar con su vida y su alma. La codicia, el orgullo y el placer son los medios del diablo para tentarlos a complacer sus deseos terrenales. Ninguna de estas cosas es necesaria para ganar el cielo, y realmente son distracciones de sus deseos espirituales de amarme y tener su alma salvada. Todos necesitan examinar sus propias intenciones en sus corazones sobre por qué hacen las cosas. Vean si algunas de estas intenciones están guiadas por su orgullo o codicia, y den cuenta de que no pueden permitir que las cosas los controlen. Abandonen todos sus deseos terrenales y concéntrense más en su vida espiritual, porque esta vida está pasando rápidamente. Usen sus talentos y su dinero para ayudar a las personas por amor a Mí y amor a su prójimo. Cuando hagan cosas para ayudar a otros, verán que una recompensa en el cielo es mejor que cualquier placer egoísta en esta vida. La fama, la riqueza o el placer terrenales son muy fugaces y se van en esta vida. Compartir la vida eterna conmigo en el cielo les dará una recompensa eterna que es mucho mayor que cualquier cosa que puedan recibir en esta vida. Así que enfoquen sus esfuerzos y acciones en ganar un tesoro celestial en lugar de escuchar las distracciones del diablo con las cosas de esta vida.”