Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

domingo, 7 de junio de 2009

Mensaje de Santa Paula

 

Marcos, yo, Paula, sierva de Cristo, sierva de la Virgen María, vengo hoy a bendecirte una vez más, mi amado, querido de los Santos en el Cielo.

Y vengo a bendecir y exhortar una vez más a estos hijos de Dios y de la Bienaventurada Virgen y a mis hermanos en el orden de la gracia.

Vengo a llamarlos al amor ardiente, al amor ardiente que agrada al Señor, que consume en vosotros todo parecido al mundo y a sus obras y los hace semejantes al Señor, a Su amor y a Su bondad. Cuando el amor Divino se enciende en un alma que lo recibe, que lo quiere y que no se opone a él, este amor consume en el alma todo parecido al mundo y a sus obras de muerte y reemplaza y enciende en él el fuego del amor verdadero, que lo transforma cada vez más a semejanza de su Amado Divino y lo hace producir cada vez más obras de vida, obras de gracia, obras de amor y salvación a semejanza de las mismas obras que su Amado Divino, el Señor Jesús, hizo.

Cuando el fuego del amor verdadero está verdaderamente en un alma, ya no mira lo que ha dejado, no siente tristeza ni dolor por lo que ha dejado por amor de su Amado Divino, al contrario; deplora todo, cada momento, cada año de su vida que ha consagrado a criaturas y que ha dado su amor a ellas despreciando el amor de su Amado Divino, el Señor Jesús. Y las señales del amor verdadero en un alma son saludables:

-el alma siente un anhelo constante por su Amado Divino;

-habla de Él incesantemente siempre que puede y con todos los que puede;

-siempre es recompensada en Él;

-viendo a hacer todo en orden para agradarle solo a Él;

-no hace nada sin antes consultar al Espíritu Santo de sabiduría para ver si lo que quiere hacer agradará a su Amado o lo disgustará;

-el alma busca cada vez más hacer su amor fructífero en hechos, fructífero en oraciones, fructífero en sentimientos y afectos cada vez más ardientes con amor por su Amado;

-cuando el alma sufre, soporta todo por amor de su Amado, quien, antes que ella, soportó todos los dolores y el más cruel de todos, el dolor de la Cruz y por ella, por el alma, dio su vida en la Cruz;

-en todo lo que el alma hace, piensa, busca y dice, nunca busca a sí misma ni la satisfacción de su voluntad, ni siquiera su interés espiritual, sino que busca solo y únicamente amar a su Amado Divino, amar a Jesús con todas sus fuerzas, con todo su corazón, sin reservas, sin cálculos y sin medir o regular este amor, al contrario; el alma que verdaderamente ama al Señor expande su corazón tanto como puede, para dar todo y no sabe cómo dar menos que todo a su Amado Señor.

Os pido, queridos hermanos y hermanas, que abráis vuestros corazones a este Amor Divino que os ha elegido, que os ha llamado, que os ha traído aquí, que preserva vuestra vida y aún os da tiempo para conocerlo; para que lo améis, para que vuestros corazones puedan entonces corresponder a este amor infinito e insondable que os amó incluso antes de que la primera célula de vuestros cuerpos fuera creada en los vientres de vuestras madres. Correspond a este amor. Abrid a este amor. Ya no resistáis este amor. No permanecáis como mármol y granito, fríos y endurecidos ante un gran fuego de amor, que desde lo alto del cielo os busca, os busca, os persigue y os llama!

El momento en que dejáis de huir de este amor, abrazadlo e incluso arrojaos en medio de sus Divinas llamas, entonces vuestras almas perderán completamente la apariencia fea y desfigurada que teníais semejante a las cosas de este mundo y tendréis en vosotros la hermosa semejanza, la extraordinaria, magnífica y perfecta figura de la semejanza de vuestro Señor y vuestro amado, quien desde lo alto del cielo pronuncia vuestros nombres con nostalgia y sin cesar, llamándoos a su Sagrado Corazón, para sumergiros allí y cerraros para siempre.

Imitad de Mí el amor que tuve por el Señor, que fue abrasador y que en ciertos tiempos incluso pudo darme la muerte, si el Señor no me hubiera sostenido con Su consuelo y Su gracia y no me hubiera reservado para cosas mayores.

Quiero daros este amor. Quiero imprimir este amor en vuestros corazones. Y no descansaré hasta completar esta obra.

He aquí, os llamo a ser Mis discípulos en la escuela del amor. Si sois buenos estudiantes, gentiles, humildes, y os permitís perfectamente ser guiados, dirigidos y seguidos por Mí entonces os llevaré a los puntos altos del amor verdadero, la verdadera perfección y la verdadera santidad.

Solo en el silencio del alma, solo cuando el alma está completamente despojada de todo, incluso de todo pensamiento, solo allí puede el alma tener un encuentro de amor con el Señor y recibir de Él los influjos de Su gracia, que como un torrente impetuoso quiere cada vez más comunicarse, derramarse y fluir en y a través de las almas en todo el mundo.

Haced esto, haced una oración de profunda escucha, de profundo despojo, de profundo anulación de vosotros mismos, de vuestra voluntad e incluso de todo pensamiento temporal, y así vuestras almas adquirirán la virtud, la capacidad de percibir la visita del Señor, quien quiere aclarar con la luz de Su Espíritu Santo todo lo que oís, Todo lo que meditáis, todo lo que sabéis sin entender, y entonces penetraréis en las profundidades de los misterios del amor del Señor por vosotros y vuestras almas, después de conocer este amor, seréis aún más ardientes, más ardientes en amor por el Señor, sabréis qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo. Y entonces vuestros hechos y vuestros actos de amor serán más verdaderos, más perfectos, más fructíferos ante Dios y los hombres.

A todos, yo, en este momento, quiero bendecir, quiero sobre todo invocar sobre vosotros las mayores bendiciones del Sagrado Corazón de Jesús, del Inmaculado Corazón de María, a quien he amado mucho a lo largo de mi vida y a quien he dedicado mis años más hermosos. También quiero invocar sobre vosotros las bendiciones más ricas del Corazón de San José, ese Padre más amoroso en quien siempre he mirado, para aprender e imitar de Él el amor perfecto y verdadero por el Señor y Su Madre.

Y en este momento os digo con todo mi corazón: desde antes de vuestro nacimiento os conocí en Dios, os amé y me convertí en vuestro protector, defensor, guía y maestro. Si sois Mis discípulos, si sois Mis estudiantes bien aplicados, os llevaré a las perfecciones del amor, la caridad, la gracia, la perfección.

A todos hoy cubro con Mi Manto y os bendigo abundantemente".

Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

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