domingo, 14 de septiembre de 2008

Mensaje de Santa Apolonia

Queridos Hermanos. Yo, Apolonia, sierva de JESÚS y VIRGEN MARÍA, les doy la paz y los bendigo nuevamente hoy.

He aquí. ¡Qué grande es el amor del Señor, quien los ha llamado aquí a Sus pies, quien los ha llenado de tantas luces y beneficios y los ha transformado en verdaderos hijos de Su Luz y de Su Gracia!

Sean verdaderos hijos del SEÑOR y de INMACULADA MARÍA, viviendo según sus deseos, en una profunda y total Consagración de ustedes a Su Amor, para que en sus vidas y en la vida de sus prójimos; la santa voluntad de DIOS se haga y el SEÑOR vea Sus diseños cumplidos y realizados en ustedes!

Sean ustedes, verdaderos hijos del SEÑOR y de INMACULADA MARÍA. buscando tener en ustedes los mismos sentimientos que Ellos tienen, los mismos deseos, los mismos amores, las mismas intenciones. Para que entonces, en perfecta comunión con Ellos, su vida pueda ser un acto continuo de glorificación a DIOS y a Su MADRE y también un testimonio y prueba perfecta de su amor para todos los hombres.

Busquen llegar a esta comunión de sentimientos, deseo y amor con DIOS y Su Santa Madre; a través de una vida de profunda oración, meditación, reflexión y conformidad de su voluntad a la suya.

Si siguen este camino que les indico, alcanzarán la Perfecta Unión Sobrenatural con DIOS y entonces ustedes y DIOS serán uno en amor, serán uno en Amor Sobrenatural. Cuando el fuego del Amor Divino se enciende en un alma que lo recibe bien, este fuego se extiende por todo su ser y lo transforma en una verdadera llama viva de amor. Y esta alma, como una antorcha ardiente de caridad, bondad y santidad, enciende este fuego del SEÑOR en otras almas, y entonces; ese fuego se extiende más y más hasta que toma todo el mundo, haciéndolo arder en las llamas de la caridad del Bien Divino!

Sean ustedes, los verdaderos hijos del SEÑOR y de INMACULADA MARÍA. buscando en todo momento y en todas las cosas derramar la luz mística y sobrenatural del SEÑOR, quien desea a través de ustedes reflejar y expandir al mundo entero; hasta que todas las almas vean la luz, conozcan la verdad, se liberen y se salven!

Si son los verdaderos transmisores de la Luz de DIOS, de la luz de INMACULADA MARÍA, de Su Gracia, de su verdad y bondad a toda la humanidad. verdaderamente verán este inmenso desierto de egoísmo, violencia, mal y pecado transformándose en un jardín exuberante y fragante de bondad, amor, santidad, felicidad, caridad y paz!

Si son los verdaderos hijos de DIOS y de INMACULADA MARÍA, serán reconocidos entre los ÁNGELES de DIOS como tales, como Sus verdaderos hijos y Sus dignos herederos, y entonces; reinarán con Ellos por toda la eternidad, en felicidad perpetua que nunca terminará!

Sean, por lo tanto, los verdaderos hijos de DIOS y de INMACULADA MARÍA para que en sus almas siempre triunfe la luz de la oscuridad; el bien siempre triunfe del mal; la paz siempre triunfe del odio y la violencia; el amor siempre triunfe del egoísmo y el mal.

De esta manera sus corazones ya predecirán el Cielo en la tierra y entonces su paso será uno suave. un ascenso suave y cambio a un lugar mucho más hermoso que los espera, donde serán felices por toda la eternidad!

Yo fui una verdadera hija de DIOS y de INMACULADA MARÍA y por lo tanto puedo ayudarlos mucho, porque sé cómo llegar a esta perfección de santidad.

Ya he recorrido este camino y sé cómo llevarlos a él, sé cómo guiarlos a DIOS y a su Santa Madre sin error, sin caída ni cansancio.

¡Vengan, entonces, a Mí! Y les daré todas las gracias necesarias para que puedan alcanzar esa eminente santidad a la que están llamados!

Déjense guiar por Mí, aceptando todas las buenas gracias y ayuda que quiero darles, a través de la profunda oración. Si Me aman y si están verdaderamente dispuestos a seguirme, sentirán Mi presencia, Mi visita en la oración dándoles buenos y santos propósitos; buenas ideas; buenos movimientos, que los llevarán a seguir rectamente y sin error el camino de la perfección y la santidad.

Los amo mucho y les rezo en el Cielo sin cesar.

Ahora los bendigo a todos y dejo Mi Manto sobre ustedes para cubrirlos, guardarlos y defenderlos siempre!

En el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Marcas de paz. ¡Nos vemos pronto! Pronto regresaré. Los amo, mis favoritos."