domingo, 6 de febrero de 2011

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Paz, mis amados hijos, ¡paz!

Hijos míos, oren para estar más cerca de Dios. Estoy aquí para llevarlos a Él.

Sean de Dios orando, amando y trayendo Su paz más santa a todos sus hermanos y hermanas.

Soy la Reina del Rosario y de la Paz, Soy la Madre de Jesús y la Madre de todos ustedes.

Hijos, acojan mis invitaciones a la oración. Si no oran, no resistirán las pruebas de la vida, y no obtendrán las gracias del cielo, porque es a través de la oración que Dios quiere dárselas; a través de la oración Dios también les dará la fuerza para superar todos los males de este mundo.

Oren el rosario, hijos míos, oren mi rosario con amor, para que sus corazones estén libres de apegos al mundo, y sean todo de Dios.

Aparecí muchas veces en Itapiranga para mostrarles el camino seguro que conduce al cielo. Abran sus corazones a mis llamados a la conversión y a la oración. Cada mensaje mío es un llamado de amor a cada alma.

Soy su Madre y deseo concederles grandes gracias. Itapiranga es una fuente inagotable de gracias; es una gracia que perdurará para siempre en el Amazonas y que el diablo nunca podrá destruir, porque allí encontró su destrucción y derrota.

Itapiranga es el lugar que su Madre preparó para el fin de los tiempos, como les dije al principio de mis apariciones. Allí en ese lugar mi Hijo Jesús aún cumplirá cosas que sus ojos nunca han visto y muchos pecadores se convertirán. Oren, intercedan más y más, ayunen, ayunen, ayunen, porque las gracias del cielo estarán en abundancia sobre aquellos que acojan mis llamados y que los vivan en serio y de verdad.

Los amo y los bendigo: en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

Antes de irse la Virgen dijo:

Regresen a sus hogares con la bendición y la paz de Dios. Hoy los cubro con mi Manto Inmaculado. Los amo, mis pequeños hijos, los amo. Amen, amen, amen para pertenecer al cielo.