sábado, 6 de marzo de 2010

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Salvador, BA, Brasil

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, vengo del cielo para darles todo mi amor maternal. Este amor es para todos ustedes y es eterno. Deseen el cielo para que este amor siempre los envuelva a ustedes y a sus familias.

Hijos amados, si quieren pertenecer a Dios, deseenlo profundamente renunciando a todo lo que impide la santificación de sus almas. Dios quiere estar cada vez más a su lado, concediéndoles sus gracias, pero muchos no quieren estar en su presencia, porque sus corazones están llenos de tantas cosas que dejan a Dios y a su amor a un lado.

Sean de Dios, amándolo y sirviéndolo, por encima de todas las cosas. Sean de Dios rezando y amando. Sean de Dios siendo aquellos que llevan a su Divino Corazón muchas almas con sus oraciones y testimonio de vida. Los amo y les doy esta noche el amor de Madre, para que en él encuentren perdón y sanación para sus almas a menudo heridas.

Vengo del cielo para darles la verdadera paz que es mi Hijo Jesús. Sean de Él y no deberían temer nada, porque Él es el Todo que puede darles todo lo que sus almas necesitan. Oren, oren, oren, y todos serán de Dios. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

En esta aparición vino Nuestra Señora, con San José que tenía al Niño Jesús en sus brazos. Los tres estaban allí frente a mí, para bendecir a todos los presentes y a toda la humanidad. ¡Qué hermoso es ver a los tres y entender que su amor es uno: el amor de una verdadera familia que se ama. Si todas las familias entendieran qué gran regalo y gracia les da Dios a través de la Sagrada Familia, honrarían y amarían cada vez más estos tres Corazones unidos en un verdadero amor.