domingo, 18 de enero de 2009

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con ustedes!

Mis amados hijos, Yo, su Madre, Reina del Rosario y de la Paz, vengo esta noche a decirles que Dios quiere oración en sus familias. Sean testigos del amor de Dios por sus hermanos y hermanas. Oren, oren mucho para tener la fuerza de Dios para superar las pruebas que aparecen en sus vidas sin jamás desanimarse y sin perder la fe. Yo, su Madre, estoy aquí, mis hijos, y quiero guiarlos de la mano para llevarlos al Corazón de mi Hijo Jesús, que arde en amor por ustedes. Amen a mi Divino Hijo, y de Él recibirán gracia sobre gracia que llenará sus vidas de paz y amor.

También los invito: conviértanse. Sean de Jesús para que sus familias y el mundo puedan ser salvados de

Sean de Jesús para que sus familias y el mundo puedan ser salvados de la oscuridad presente que desea envolverlos. *Sean de Jesús y su luz brillará fuertemente sobre ustedes, disipando toda oscuridad. Los amo. Gracias por su presencia. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

(*) Por resplandores se entiende el conocimiento amoroso de las perfecciones divinas. El alma, unida a estas perfecciones, se transforma en rayos luminosos, llenos de amor, y brilla como ellos. El resplandor de los rayos luminosos divinos es diferente de la luz de las lámparas materiales. Estas, con sus llamas, iluminan las cosas que están fuera de ellas; el resplandor divino, sin embargo, hace brillar las cosas que están dentro de sus rayos. Dentro del resplandor, donde está, el alma se transforma por él, convirtiéndose ella misma en una llama luminosa: se parece al aire inflamado y transformado en fuego. Los movimientos de la llama, sus oscilaciones y parpadeos, provienen tanto del alma como del Espíritu Santo; no son solo resplandor: son también transformación del alma; son como bromas agradables y fiestas del Espíritu Santo en el alma...El resplandor de la luz también puede llamarse obumbración, como el ángel lo hace en el tiempo de la anunciación. Obumbración, o ensombrecimiento, es equivalente a sostener, favorecer y hacer gracia. Tan pronto como la sombra de una persona se proyecta sobre otra, es una señal de que la sombra está cerca, para dar protección y asistencia. La sombra proyectada depende de la naturaleza de la cosa que la proyecta. Si la cosa es opaca y oscura, hace sombra oscura, y si la cosa es ligera y sutil hace sombra ligera y sutil. Así, las sombras de las lámparas divinas de fuego serán transparencias luminosas: la lámpara de la belleza proyectará sobre el alma la sombra de la belleza; la lámpara de la fortaleza, la sombra de la fortaleza; la lámpara de la sabiduría de Dios, la sombra de la sabiduría. En otras palabras: la sabiduría, la belleza y la fuerza de Dios están envueltas en la sombra, porque aquí el alma no las comprende plenamente. Dado que estas sombras corresponden perfectamente a Dios, su esencia y sus propiedades, el alma reconoce claramente en la sombra la sublimidad de Dios. "El Ángel respondió, 'El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. ." Edith Stein, santa. La ciencia de la cruz. Edições Loyola, São Paulo, Brasil, p.168 y 169, 1988.