miércoles, 23 de enero de 2008

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber - Fiesta del matrimonio de María Santísima y San José

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, vengo del cielo esta noche para invitarlos a rezar por las familias y por todos los cónyuges. Las familias santas son familias de Dios, donde Él reina con su amor. Las familias en pecado son familias sin la gracia de Dios y sin vida. Oren para que muchas familias se levanten a la gracia de Dios, dejando el camino del pecado. No pueden imaginar cuántas familias son destruidas en pecado cada día. Su número es tan grande que aplasta mi Corazón de dolor. Oren por la santificación de los cónyuges infieles. ¡Cuántos ofenden a Dios gravemente con pecados de infidelidad, impureza y adulterio! Dios ya no puede soportar tantos pecados, y grandes calamidades y castigos vendrán sobre los esposos y esposas infieles: sufrirán por lo que han pecado, y el mal que vendrá no podrá detenerse. Hagan muchas penitencias, porque la plaga que vendrá se extenderá rápidamente, y muchos serán sus víctimas. Les ruego a todos: acepten mis llamados, porque son serios, y vuelvan a Dios. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

(*) La Fiesta del Matrimonio de María Santísima con San José se ha extendido en

Francia a principios del siglo XV, por los méritos especialmente de Giovanni Gersone (13631429), un gran devoto de San José. Adoptada por muchas Órdenes religiosas se extendió por todas partes, fijada preferentemente el 23 de enero. Benedicto XIII la introdujo en los Estados Papales en 1725. Otro, que merece ser recordado y que contribuyó mucho a esta devoción, fue San Gaspar Bertoni, quien, en Verona, dedicó un altar mayor de la Iglesia de los Estigmas a los Santos Esposos María y José, celebrando su fiesta de bodas con solemnidad desde 1823, una tradición siempre preservada por los Estigmatinos. Su primer biógrafo escribió: "Así, habiendo tenido el mérito principal de propagar en Verona y arraigar en los corazones la devoción a San José, fue también el autor de la veneración de los esposos más santificados, casi como un presagio hasta entonces de que sus hijos espirituales tendrían en los esposos más santificados sus protectores más válidos."